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Ilustrativo, interesante y muy a menudo divertido recorrido por la batalla de las mujeres desde finales del siglo diecinueve hasta comienzos del veinte. La película se compone de noticiarios de inicios del siglo pasado y se adereza con cortos cómicos alusivos al tema, en los que se demuestra las bromas y la falta de respeto que recibían las señoras que se atrevían a plantar cara al patriarcado (en este caso, el inglés, ya que las filmaciones son de Gran Bretaña).
Contiene imágenes de incalculable valor, como la muerte de la famosa activista Emily Davison, que se lanzó a los pies del caballo del rey el día del Derby. O la presencia de George Lansbury, diputado y futuro líder laborista, que fue el único que se mostró partidario del sufragio femenino. Por cierto, ¿sabéis de quién era abuelo el señor Lansbury? En efecto, de la posterior estrella de la pantalla y la televisión, Angela Lansbury.
Al estallar la guerra, la mujer inglesa aplazó sus demandas y trabajó en las fábricas de municiones, con el riesgo implícito de tener que enfrentarse a líquidos venenosos y explosivos. La película nos ofrece un documental donde se presenta un día en la vida de esas municioneras. También podemos comprobar la costumbre de los cómicos del music-hall, de travestirse de mujeres en los números que representaban.
En 1917 se concedió por fin el voto a la mujer, aunque debía tener más de treinta años para depositar su papeleta en la urna ( ! ). Y hasta 1928 no tuvieron igualdad de derechos con los hombres.
(Eddie Constanti)
