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Cortometraje escrito, dirigido e interpretado por Grace Cunard, cuyo mayor mérito está en plasmar la vida de los fabricantes clandestinos de licor que se amparaban en los intrincados parajes montañosos para llevar a cabo su tarea. El guión tampoco da para más que aportar alguna pincelada costumbrista y añadir un happy-end que se nos antoja un tanto forzado.
Cunard, como la mayoría de personas que trabajaban por esa época en Hollywood, tenía que hacer de todo para sobrevivir. Escribía guiones, actuaba como actriz, producía y dirigía películas. Una buena muestra es este corto. Se dice que inició su carrera actuando como figurante en un corto de Griffith. Luego participó en películas de Thomas Harper Ince y más tarde, al entrar en la Universal, formó pareja con Francis Ford para dirigir varios seriales, alguno de los cuales tuvo bastante éxito.
Su trayectoria posterior se diluyó en papeles de reparto y en películas de serie B.
