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A Santanotte


General

Titulo original: 'A Santanotte
Nacionalidad: Italia
Año de producción: 1922
Género: Melodrama

Otras personas

Director: Elvira Notari
Escritor: E. Scala
Productor/Estudio: Film Dora
Compositor: F. Buongiovanni
Fotografia: Nicola Notari

Funcionalidades

Duración: 60
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: HDTV
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 2,0 Gb

Reparto

  • Eduardo Notari
  • Rosè Angione
  • Antonio Palmieri
  • Elisa Cava
  • Alberto Danza

Sinopsis

Dos hombres se enamoran de la misma mujer, la joven camarera de un bar, maltratada por su padre alcohólico. Uno de ellos quisiere sacar ventaja de su posición económica y trama un plan para eliminar al padre y culpar del asesinato a su rival en amores.

Comentarios

Con los mismos protagonistas que la anterior ("È piccerella"), en ésta volvemos a encontrarnos con Eduardo Notari, el hijo de la directora (fijaos en el rictus de su boca), con Rosè Angione, aquí reconvertida en una santa mujer, con María, la madre desconsolada y con Gennariello, el joven más bueno que el pan.

Los escenarios varían poco de la película anterior y Notari saca el máximo partido de un rincón con apenas dos paredes y tres sillas para transmitirnos todo el drama que nos azota desde la trama del guión. Aquí no hay medias tintas, ni en sentimientos ni en configuración de los personajes: bondad y maldad descarnadas nos conducen a un final donde no cabe ni la piedad ni el consuelo. Se diría que Notari extrae toda la esencia de sus compatriotas napolitanos y nos la ofrece sin tamices de perdón ni de esperanza.

Nos reencontramos con el mirador hacia el reompeolas, escenario de los amores de Tore y Nannitone, con el corto tramo de escaleras que conduce a la casa de la desventurada joven y con esas cantinas donde Notari centraba muchas de sus escenas más representativas. Hay que convenir también que existe un exceso de gestualidad en la mayoría de los intérpretes, pero en el ambiente en que se fija la acción y en la época en que se filmó la película, ese exceso queda, pensamos, más que justificado.

Hallazgo impagable el de estos dos incunables, no nos cansaremos en llenar de elogios a la Cineteca Nazionale, a la George Eastman House y a Arte por aproximarnos a unas joyas que todos dábamos por perdidas y que nos han llegado para tener más conocimiento de causa respecto a la historia de este arte, el cine, que por entonces sentaba sus bases.
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Tenía música, pero varios compañeros de KG y un servidor pedimos que se eliminara la banda sonora, porque era demasiado absorbente y, después de todo, se había añadido a la copia sin que fuese su música original (de hecho, la película de Notari no llevaba música).
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A mí lo que me parece, en esta y en "É piccerella" es que el mudo italiano de los años 20, como varios europeos más, tiene - fuera del cine histórico, donde sí se produjo en cantidad y pudo haber un refinamiento - un "retraso" respecto a los más punteros (nórdico, americano, francés, ruso) y los films tienen muchos elementos aún del cine de la década anterior. No por estar menos evolucionados, sino por un lado por aferrarse a unos primeros estándares que parecían ya establecidos años atrás y por otro porque varios de los citados corrían a una velocidad inalcanzable hasta por films posteriores.
El estilo interpretativo, de dirección de actores o la planificación se parecen más a los de los Perret o Machin de 1915, 1913 o incluso anteriores.
También me parece que, como todo lo que nace, se proyecta hacia fuera con un entusiasmo que puede parecer ahora una caricatura. Nadie que yo sepa había enseñado Nápoles al mundo... ni a buena parte del resto de Italia.
Finalmente está también la tradición operística que era un componente del que el cine italiano debía enorgullecerse como "ventaja" respecto a otros, con toda la razón del mundo.
Por todo esto, el valor de poner en valor, valga la redundancia y el doble sentido del primer término, estos films u otros previos como "I fuoco", "Assunta Spina", "Ma l'amor mio non muore" o "Sperduti nel buio" es grande.

A mí me parece que Elvira Notari "exagera" incluso esos elementos (guión, interpretación, puesta en escena) para sublimar, como ya dije, estas historias llenas de carne al rojo vivo (no sé si la expresión es la más adecuada). También entiendo que este cine no sea valorado e incluso sea tomado como objeto de broma según los baremos actuales que ofrece la industria. Por eso, entrar en detalles como que un personaje está pasado de rosca o que la fuga de Tore es rídícula (lo es, realmente), comparando esos extremos según nuestros gustos y planteamientos del siglo veintiuno, no es representativo del tono general de la película y de la pretensión que, yo creo, tuvo la directora al ofrecernos estas tramas tan "sobrepasadas" en todos los sentidos.

Justo lo que preferiría yo para que estos films me parecieran más interesantes es que superase ese umbral y se atreviese a contar sin gestos, al fondo del encuadre, con un movimiento o un reposo, etc. lo que aquí es siempre tan evidente.
Los "baremos actuales" han vuelto en buena medida a este subrayado o peor. Hubo un público entonces que nunca había ido a la ópera o que dejó de ir al teatro que no fuera amateur desde hacía decenios y ahora hay otro que puede acceder a todo - al menos virtualmente - e igualmente no sabe nada sobre sutilezas.

Ese "umbral" de gestos no podrá desaparecer, porque forma parte del cine de esa época y más del cine italiano. Trajimos hace años aquí mismo un completo ciclo dedicado a las divas italianas y en todas las películas se repetían las mismas interpretaciones: miradas lánguidas hacia el cielo, desmayos constantes, brazos extendidos hasta el infinito... Creo que hay que aceptar estas premisas porque ya nadie las puede mover. Eran así y así han pasado a la historia. Que gusten o no, que "nos sintamos bien" con ellas, ya es otro cantar, siempre subjetivo y respetable.