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“Community Films" utilizó un guion de archivo con una historia simple que podría filmarse a un precio bastante económico en un contexto de lugares de belleza familiares y con un elenco de actores locales. Al viajar de pueblo en pueblo en los días del silente, los productores podían hacer la misma película una y otra vez confiando en el interés local para hacer rentable la empresa. La idea de hacer tales películas comunitarias se originó en Estados Unidos y llegó a Nueva Zelanda vía Australia a principios de 1928. El guion pedía una protagonista, un héroe, un comediante villano y tanta gente local como pudiese encajar en las escenas de la multitud.
Rudall Hayward realizó 23 comedias comunitarias de dos rollos de "Girl of Our Town" entre 1928 y 1929. Filmadas con un mismo guion original (sólo cambiaron los nombres y los lugares), tres sobreviven intactas: "Una hija de Invercargill", "Una hija de Dunedin" y "Una hija de Christchurch".