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También disponible en DVD.
En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 271. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 27-agosto-2001. Invitados: Juan Antonio Porto, Clara Sánchez y Juan Miguel Lamet.
Escrita para la pantalla por el prestigioso guionista y realizador Richard Brooks, es absolutamente fiel al texto de Capote, pues aunque sufre los lógicos recortes y adaptaciones de toda novela llevada al cine consigue trasladar objetivamente los temas sustanciales: el espectador llegará a conocer íntimamente a las víctimas y sus verdugos, sabrá con todo detalle qué ocurrió exactamente la noche del 14 de noviembre de 1959 en Holcomb, Kansas, narrado por uno de los asesinos, y también recibirá una invitación explícita a reflexionar sobre la pena de muerte que, al igual que los propios crímenes, también se aplica con una inmisericorde 'sangre fría'. Brooks apela a la rigurosidad sobre el texto original ya en el primer título de crédito de la película: "Truman Capote's, In Cold Blood", un gesto que nos revela al Brooks guionista, pues como es bien sabido la legislación de EE UU otorga a los productores y no a los autores la propiedad intelectual de las obras.
Con frecuencia leemos que Richard Brooks fue un realizador "artesano", definición que aparentemente acoge a un buen puñado de buenos directores que con escasos mimbres hicieron excelentes productos. No parece ser ese el caso de Brooks, que había demostrado sólo un año antes su vigor narrativo y amor por el Cine con mayúscula con la película Los profesionales (The Professionals, 1966), un western sólido como su carrera de guionista (Cayo Largo, Dulce pájaro de juventud...) y además trufado de estrellas: Burt Lancaster, Lee Marvin, Robert Ryan y Jack Palance. La primera decisión importante de Brooks fue rechazar la pretensión de la Columbia Pictures de imponer a Steve McQueen y Paul Newman como protagonistas: Brooks sustuvo que esos rostros tan conocidos no encajaban ni de lejos en su proyecto y buscó entre los jóvenes de la TV dos actores que dieran el perfil. Sin duda, el director acertó plenamente. Rodada en un excelente blanco y negro, en los escenarios naturales donde transcurren los hechos y con la misma luz que debieron ver los protagonistas reales de la historia, Brooks nos oftrece en A sangre fría un trabajo sobrio y redondeado hasta el último detalle.
Curiosidades
El director incluye en la película a dos personajes reales de la historia, la señora Sadie Truitt y su hija Mirtle Clare, que figuran con cierta relevancia en los títulos de crédito. Se trata de la responsable de la estafeta de correos y de su madre, que es la encargada de recoger el correo que los trenes sueltan sin pararse. En la novela de Capote, estas dos señoras propician algunos de los diálogos más jugosos, absolutamente surrealistas dentro de la sordidez de la historia.
Hay algunos errores de producción menores (coches fabricados con posterioridad a 1959, la guitarra que usa Perry es de 1963...) que se recogen debidamente en la ficha de la película en el IMDb, pero hay un error inédito en la versión española: Cuando Dick y Perry son detenidos en Las Vegas, acababan de recoger una voluminosa caja de la oficina de Correos, que contenía, entre otras cosas, las botas cuyas huellas obraban en poder de la Policía; el agente Dewey le susurra al policía que lleva la caja: "Mire que si llegan sólo cinco minutos tarde...". En realidad debe decir "mire que si les detienen cinco minutos antes...", pues en ese caso los asesinos no habrían recogido la caja que contenía las pruebas. En la versión subtitulada en español, sin embargo, el diálogo está correcto.
El filme se estrenó con escenas censuradas en Polonia, Australia, Finlandia, Suecia, España y Estados Unidos.
La persona que narra los hechos en la película no es otro que el mismo Truman Capote.