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También disponible en DVD.
Premios
1974: Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1975: 2 nominaciones al Oscar: Mejor director, guión original
1973: Premios David di Donatello: Mejor película (ex-aequo) y mejor director
1974: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película, director
1974: Globos de Oro: Nominada Mejor película extranjera
Amarcord es una película de Federico Fellini. Con la apariencia inicial de la típica película costumbrista italiana, adquiere pronto una dimensión de ironía, farsa y esperpento. El título del filme quiere decir literalmente "yo me recuerdo" (es decir "me acuerdo de", "recuerdo") en el dialecto de la Romagna, la región italiana de Rimini, ciudad donde nació Fellini.
Se nos habla, con inteligencia y mordacidad, del inicio en el sexo en unos chavales de un pueblecito italiano... y de millones de cosas más. Como es característico en el cine felliniano se critica al fascismo, a la iglesia, a la educación de la época, a los pedantes, a los presumidos... Pero siempre en un tono jovial y entretenido. Vemos las obsesiones de Fellini en la pantalla: la poesía, la música, el sexo...Los dialogos están llenos de ironía, juegos de palabras, alusiones diversas... La fotografía en color de Giuseppe Rotunno es muy cuidada y sigue los toques oníricos que tanto le gustaban al director. Reseñable la música de Nino Rota. Los actores, con Pupella Maggio en el papel de Miranda y Armando Brancia en el de Aurelio, muy destacables. Son, como todos los personajes de Fellini, caricaturas vivas. No se pueden olvidar los personajes de "La Gradisca" la presumida del pueblo que sueña con casarse con un principe o a "La Volpina", la prostituta ninfómana o todos y cada uno de los profesores con sus manías y paranoias... El grupo de jóvenes protagonista es retratado con cariño y comprensión.
Esta película es un diario de vida. Lleno con imágenes indelebles: el Pavo Real en el medio de la nieve, la asombrosa visión del trasatlántico, y el ciego llorando: “Como es, como es?”, la bella gente, las grotescas. Como la vida misma, la película puede ser perpleja y enigmática, a veces mágica, a veces, en el ojo de la tormenta política e histórica, espantoso como “la gente común solo tratando de vivir es atrapada en los tiempo en los que eran solo ellos creando”. No creo que ninguna película que haya visto haya capturado completamente con tanta profunda perspicacia y simplicidad la experiencia de perder un padre: la visita del padre e hijo en el hospital en la que la madre se da cuenta del asombroso final que se aproxima, y el hijo es felizmente ignorante de ello en su adolescente “inmortalidad”, y el total sentimiento de quietud y vacío mientras el padre se sienta a la mesa, antes llena de alegría, ruidos de la vida, ahora mas vacía de lo que nunca había estado, toda esta secuencia llega como una poderosa conclusión a una increíble película. Con un final a lo 8 ½, Fellini abraza a la audiencia, diciéndoles que no se preocupen, las memorias continúan, la vida continua, cambia, se altera talvez para siempre, pero sigue adelante, bella, enigmática y mágicamente