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Teuvo Puro, un realizador que se inició en el silente y luego siguió su obra ya en pleno sonoro, se distinguió por su amor hacia las leyendas de Finlandia, su país, y por las historias envueltas en los bellos paisajes de ese lugar. En esta película se advierten las trazas de maestros como Sjostrom y en principio podría parecernos que el autor trató de confeccionar una trama con ecos de las famosas sagas nórdicas, aunque luego veremos que el relato no da para tanto. La anécdota de esa joven atormentada y su camino hacia la expiación queda justamente completada en esos setenta y dos minutos de metraje.
Como tantas otras veces en películas provinentes de las cinematografías nórdicas, uno se pregunta si el mágico, bellísimo paisaje rural no será más protagonista que el conflicto humano descrito. Es difícil resistirse a esos lagos fotografiados a medianoche, a esas montañas que se alzan como murallas naturales y a ese ambiente aldeano en el que casi "se respira" la madera del interior de las casas. Quien haya visto obras de Dreyer como "Dies Irae" sabrá de qué hablamos.
Buen trabajo del elenco de actores, con una Anna-Liisa que a veces se crispa demasiado en su interpretación. Las escenas discurren con cierta morosidad, pero es ese tipo de lentitud en el que no nos importa dejarnos llevar porque el goce que recibimos a cambio es claramente compensatorio.
Una hermosa película, en suma, que ahora podemos disfrutar en toda su integridad, con imágenes de alta calidad y con subtítulos traducidos desde cero.
