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Doblaje de 1976 para el estreno en cines.
Premios
1971: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a Mejor actriz (G. Rowlands)
1972: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión original comedia
Formado en la Academy of Dramatic Arts y con una amplia experiencia como director e intérprete teatral, como actor cinematográfico («Doce del patíbulo», «La semilla del diablo») y como realizador («Shadows», «Too late blues», «A child is waiting»), John Cassavetes es una de las personalidades más completas del cine norteamericano. Como actor ha trabajado siempre con los grandes estudios, pero como realizador ha chocado contra el sistema y se ha inclinado más por lo experimental —es uno de los fundadores del «New American Cinema Group» y una de las máximas figuras del cine «underground» neoyorquino— que por lo comercial. Su cine es ágil, de técnica muy suelta, rico en improvisaciones. Su temática gira, indefectiblemente, en torno a los problemas humanos esenciales —angustia, soledad, amor, incomprensión— dentro de un contexto social siempre analizado con dureza y lucidez. En esta línea se inscribe «Así habla el amor». En ella Cassavetes nos narra las relaciones entre Minnie, una solterona aún de buen ver, culta, tímida, que lo espera todo de un amor que jamás le llega, y Moskowitz, un joven inconformista, sin oficio, en perpetuo vagabundeo. Minnie trabaja en un museo, pertenece a una clase media acomodada. Moskowitz, cuando ella lo conoce, trabaja de guardacoches. Las posiciones sociales, la formación cultural, los gustos e inclinaciones, los separan. No obstante, el amor, un amor que se presenta como una fuerza redentora y salvaje, salva todos estos obstáculos y, en un final hermosamente convencional, triunfa.
Cassavetes nos narra esta historia de amor con su técnica habitual, muy cercana al «cinema-verite», y con una extraordinaria riqueza de detalles humanos y ambientales. Los dos personajes están perfectamente tratados, estudiados sin distanciamiento, con un gran cariño y ternura por parte del realizador. Sus intérpretes —Gena Rowlands y Seymour Cassel— los sirven con talento y sensibilidad. La Rowlands es una actriz de extraordinaria capacidad dramática. En torno a la pareja protagonista hay una galería de tipos minuciosamente detallados, cuidados al máximo, aunque su intervención sea sólo episódica (el episodio del galés borracho en el bar de Nueva York es de gran emoción humana). Entre los intérpretes secundarios, todos magníficos, figura el propio Cassavetes.
«Así habla el amor» es una película interesante, más convencional tal vez que otras de este mismo realizador, pero llena de calidades humanas y, desde luego, con un sentido suelto, ligero y ágil de la narración cinematográfica.
Antonio Colón en ABC, edición de Andalucía. Sábado 6 de noviembre de 1976.