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Bajo escucha


Personal

Valoración personal: 10 stars

General

Titulo original: The Wire
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 2002
Género: Thriller

Otras personas

Director: David Simon; Joe Chapelle; Ernest R. Dickenson; Clark Johnson; Ed Bianchi; Steve Shill; Daniel Attias; Timothy Van Patten; Agnieszka Holland; Brad Anderson; Clément Virgo; Rob Bailey; Elodie Keene; Christine Moore; Alex Zakrzewski; Anthony Hemingway; Seith Mann
Escritor: David Simon; Ed Burns; Joy Kecken; Rafael Álvarez; Chris Collins; George Pelecanos; Richard Price; Dennis Lehane; David Mills; William F. Zorzi; Eric Overmyer
Productor/Estudio: Home Box Office
Compositor: Varios
Fotografia: Uta Briesewitz

Funcionalidades

Duración: 3480
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: No necesita
Modo de color: Color
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 44 Gb

Reparto

  • Dominic West
  • Lance Reddick
  • Sonja Sohn
  • Clarke Peters
  • Aidan Gillen
  • Wendell Pierce
  • Andre Royo
  • Idris Elba
  • Michael Kenneth Williams
  • Domenick Lombardozzi
  • Seth Gilliam
  • J.D. Williams
  • Jim True-Frost
  • Wood Harris
  • John Doman
  • Deirdre Lovejoy
  • Delaney Williams
  • Jamie Hector
  • Robert Wisdom
  • Frankie Faison
  • Corey Parker Robinson
  • Chad Coleman
  • Chris Bauer
  • Amy Ryan
  • Isiah Whitlock Jr.

Sinopsis

Serie de TV de 60 episodios (2002-2008). En los barrios bajos de Baltimore, se investiga un asesinato relacionado con el mundo de las drogas. Un policía es el encargado de detener a los miembros de un importante cártel. La corrupción policial, las frágiles lealtades dentro de los cárteles y la miseria vinculada al narcotráfico son algunos de los problemas denunciados en esta serie. Parece inspirarse en series modernas como "Los Soprano" y en clásicos como "Policías de Nueva York (NYPD Blue)". El creador de la serie fue, durante años, reportero de la crónica negra de Baltimore, y uno de los coguionistas fue policía en la misma ciudad.

Comentarios

Premios
2008: Emmy: Nominada a mejor guión
2005: Emmy: Nominada a mejor guión
2008: Nominada a los Premios BAFTA TV: Mejor serie internacional
2008: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores Programas de TV del año
2008: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada Premio WGA mejor serie de TV drama
2007: Sindicato de Guionistas (WGA): Premio WGA mejor serie de TV drama
2008: Sindicato de Directores: Mejor dirección serie TV Drama -capítulo "Transitions"-
2006: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores Programas de TV del año
2003: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores Programas de TV del año

The Wire: Bajo escucha, es una producción alabada por la crítica norteamericana como una de las mejores de HBO, cadena norteamericana responsable de algunas de las series más revolucionarias de la década como A dos metros bajo tierra, Los Soprano o Sexo en Nueva York

En esta ocasión, los responsables de HBO abordan el género de detectives. Sin embargo, fieles a su estilo rupturista, le han dado una vuelta y han logrado un producto más original, rompiendo consignas moralistas y difuminando la frontera entre el Bien y el Mal.

Centrada en el tráfico de droga, The Wire: Bajo escucha ofrece un retrato crudo y realista del enfrentamiento en la calle entre la ley y los capos del narcotráfico, pero también de las rivalidades que afectan a cada uno de estos bandos. Así, policías de a pie, equipo de la brigada antinarcóticos, federales del FBI, concejales, y jueces rivalizan entre sí, al tiempo que se oponen a los grandes señores de la droga, a su vez ocultos detrás de una madeja de traficantes y camellos de poca monta.

Con una realización muy moderna, en la que vemos planos cenitales, tomados desde ángulos imposibles; una iluminación que en ocasiones define claramente el contraste entre los pasillos de la ley y la agresividad de la calle, y unos guiones que no ahorran prendas a la hora de reflejar la crudeza del lenguaje policial o marginal, The Wire: Bajo escucha es deudora de algunos filmes recientes como Traffic y, sin duda, la ficción televisiva más realista hasta la fecha sobre el mundo del tráfico de drogas.

Destaca en este sentido la presencia en el equipo de producción de destacados guionistas, como Richard Price, autor de destacadas novelas y de los guiones de Clockers, de Spike Lee; Melodía de seducción, de Harold Becker; o El color del dinero, de Martin Scorsese.

La acción tiene lugar en Baltimore, próspera ciudad de la costa Este norteamericana, que sirve como microcosmos del diseño y organización del tráfico de toda clase de estupefacientes.

Hilo conductor de la acción y protagonista más destacado de la serie es el personaje del agente James McNulty, policía empeñado en atrapar al máximo responsable de una red de tráfico de drogas. McNulty es asignado a dedo a la brigada antinarcóticos, lo que despierta todo tipo de recelos a su alrededor y le enfrenta al poder judicial de la ciudad.

Estamos acostumbrados a aceptar la elipsis en casi todas las series policiales. Incluso en 24, donde por regla no debiera haber baches en el tiempo.

La elipsis es la forma habitual de hacer más veloz una historia. El caso más exagerado de síntesis argumental se da en CSI, donde todo ocurre de un modo perfecto: los testigos hablan rápido, los acusados se desmoronan enseguida, los forenses llegan a tiempo a la escena, los jueces dictaminan pronto, los resultados de balística ocurren en un tris, etcétera. Esto no habla mal de un guión policial: al contrario. Es un pacto de suspensión de realidad entre el espectador y la narración. El objetivo es tener una trama cerrada en 45 minutos.

García Márquez decía que admiraba a los compositores de boleros porque podían contar una historia de amor en tres minutos mientras que a él le llevaba seiscientas páginas. Bien. CSI es un bolero. The Wire es El amor en los tiempos del cólera.

Quizá por esto The Wire ('La Escucha') es la obra más revolucionaria que ha ofrecido HBO después de The Sopranos. Sus guiones no sintetizan la acción, sino que desmenuzan la inercia. The Wire es lo contrario a las series policiales deductivas de hoy. Es la otra cara de la moneda, la cruz, en cada uno de sus lineamientos.

Si CSI es velocidad —pim, pum, a la bolsa—, The Wire está basada en el detalle: un solo caso puede durar una temporada completa. Si en CSI los protagonistas hablan demasiado, nunca duermen, lo explican todo en voz alta, verbalizan sin necesidad para integrar al espectador; los policías de The Wire trabajan en silencio, se quedan dormidos cuando tienen sueño. Fallan. Les importa un pito que más allá haya una teleplatea neófita.

The Wire es la verdad, lo real, lo que pasa en los arrabales de este mundo, en los verdaderos submundos norteamericanos. La grandeza del guión (asentado en un humor sutil, como el delineador invisible en una mujer que no parece maquillada) nos va llevando de la mano a una composición de lugar que bebemos de a sorbitos, sin prisas. No hay síntesis en esta trama, no hay finales apresurados. Es una larga y maravillosa película de trece horas de duración, repartida en una docena de capítulos magistrales.

Hay que tener un sillón muy grande. Hay que tener doce noches libres y cerveza fría.