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La segunda vez que uno ve esta primera película de Muratova, empieza a entender bastante la historia que cuenta. Pero lo mejor es verla una tercera vez: entonces los cabos que habían quedado sueltos en la segunda quedan atados en la mente del espectador, que ya está listo para verla por cuarta vez y disfrutarla completamente.
.....Bueno yo creo que tiene más que ver por cómo está construida la historia, en fragmentos que no siguen una línea temporal, aunque precisamente me ha encantado el cómo se nos va mostrando.
.....lo más destacable es cómo se nos va mostrando la historia, similar a un puzzle en el que se nos dan las piezas y poco a poco van encajándose unas a otras, sobresaliente dirección, fotografía, y buenas interpretaciones.
....Cuando vi esta primera película de la Muratova (fue hace muchos años, gracias a un fuori orario de la Rai3) pensé inmediatamente que ese afán de la directora por ensombrecer la acción, por poner en dificultades de comprensión al espectador, por molestarle incluso con saltos temporales indetectables, no eran otra cosa que ardides suyos para burlar la férrea censura soviética. Luego, vista casi totalmente su obra, me he dado cuenta de que no, que esta mujer no se casa con nadie, ni con el espectador ni con su sociedad ni con el cine imperante ni con ella misma: provocar a quien ha pagado la entrada es una constante en su obra; mostrar lo feo de la mano de lo sublime, su obsesión; faltar a la lógica cinematográfica o argumental, su manera de gritar contra los caminos trillados en política o en cine.
Al principio me gustaban las películas de sus comienzos por el mero hecho de que por ellas podía colarse mi ojo ávido de asistir a aspectos de la realidad del socialismo que las grandes obras soviéticas velaban (el momento en que, para que le den en la tienda de electrodomésticos una información que no están autorizados a dar, dice la protagonista medio amenazando que es la presidenta del Comité Regional, tuvo que hacer mucha pupa al poder); ahora mi interés por ella es exclusivamente cinéfilo, y cualquiera de sus películas lo satisface.