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Nuevo recital de Maria Jacobini, a quien ya vimos en este ciclo (En "La casa sotto la neve"). Película dirigida por su marido, Gennaro Righelli, muy "avanzada" para la época en que fue filmada (1922). Con esto nos referimos al tema, por supuesto, no a ninguna audacia visual en cuestión de anatomía mostrada. Cainà es una joven inquieta, rebelde e independiente, a quien le ha caído en suerte vivir en una isla siciliana encerrada en sus supersticiones y tabús religiosos, algo que a ella le hace suspirar por liberarse, atada, como está al cuidado de un rebaño de cabras. De hecho la película tiene un subtítulo, "La isla y el continente", que refleja mejor la ansiedad de su protagonista por huir de un universo tan primitivo.
Righelli demuestra su pericia mostrándonos hasta el último detalle de esa isla, de sus habitantes y del ahogo sufrido por Cainà. Ejemplar, en este aspecto, es esa escena en que ella, en el río, trata de atrapar un rayo de sol reflejado en las aguas, símbolo de esa libertad que anhela. Un día logrará escapar para unirse a un capitán de barco con el que creerá superar su tedio y su ansia de aire distinto. Al final, sin embargo, añorará de nuevo la isla y los recuerdos familiares y eso la conducirá a un epílogo que parece lógico una vez vista su trayectoria. En realidad, Cainà es uno de tantos seres que no saben lo que realmente quieren.
Volvamos a la factura del filme. Magníficos esos planos de la isla, esas callejuelas empinadas rodeadas de blancas paredes, esas procesiones, esa gente del pueblo que actúa como el coro de una tragedia griega, cuchicheando, culpando, acusando. Los actores no andan a la zaga. Jacobini, espléndida y con un maquillaje muy distinto al de otras películas suyas; su madre, figura patética y contrahecha; el galán marino, algo desdibujado en comparación con el resto del reparto. La secuencia de la tempestad nos demuestra una vez más el complejo carácter de Jacobini: con el barco a punto de hundirse, ella transforma su rostro en un mosaico casi orgasmático, feliz, en éxtasis.
La copia es de la Rai Tre, no todo lo buena que quisiéramos, pero bastante visible. Otro bocado delicioso que os ofrecemos para que vuestro selecto paladar lo saboree.