Comentarios
Es necesario verla en sesión doble con Yellow Caesar, de Alberto Cavalcanti y si queda estómago, completar con el visionado de Il sorriso del capo, de Marco Bechis.
Rodada para celebrar el décimo aniversario de la toma del poder por parte de Benito Mussolini, Camicia nera es una celebración del fascismo y una biografía política de su líder. Dirige Forzano, amigo y colaborador literario del Duce. La obra no deja fuera ningún recurso, desde la dramatización de las anécdotas familiares que discurren en paralelo con el ascenso del fascismo y el agit-prop descarado, pasando los fragmentos de montaje de atracciones a la soviética y el melodrama familiar tan caro a la cinematografía italiana, hasta el reportaje institucional –a base de animaciones y didascalias- sobre los logros del régimen…
El combinado puede resultar un poco estomagante, pero es uno de los más claros ejemplos del cine de propaganda estatal. De hecho, aunque sus consignas y artículos están constantemente presentes en la pantalla, Mussolini no aparece en efigie hasta el último rollo, proporcionando al metraje un efecto de suspense adicional. El discurso de inauguración de Littoria se redactó en función de su inserción como clímax de la película, de ahí que su ejecución exceda con mucho el tono reportajístico. Estamos lejos de los logros formales de Leni Riefenstahl en este terreno con Triumph des Willens y Olympia, pero no cabe duda de que Forzano marcaba un camino a seguir.
El 23 de febrero de 1935 se celebraba en el cine Bilbao de Madrid la primera sesión del Cine-Club del SEU con tres producciones italianas y Camicia nera constituía el plato fuerte; según el cronista del Sindicato Español Universitario, el propio José Antonio Primo de Rivera se habría hecho cargo de la presentación.
Para desengrasar, proponemos también el cortometraje satírico de producción Ealing Yellow Caesar (Alberto Cavalcanti, 1941).