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Carmen


General

Titulo original: Carmen
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1926
Género: Drama

Otras personas

Director: Jacques Feyder
Escritor: Jacques Feyder; Prosper Mérimée
Productor/Estudio: Films Albatros
Compositor:
Fotografia: Maurice Desfassiaux; Paul Parguel

Funcionalidades

Duración: 165
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 2,9 Gb

Reparto

  • Raquel Meller
  • Fred Louis Lerch
  • Gaston Modot
  • Jean Murat
  • Victor Vina
  • Guerrero de Xandoval
  • Charles Barrois
  • Georges Lampin
  • Raymond Guérin-Catelain
  • Andrée Canti
  • Luis Buñuel
  • Pedro de Hidalgo

Sinopsis

Versión del mito de Carmen, rodada en España, alejada de pintoresquismos, seca y trágica. “No me han pedido hacer una película sobre Carmen con Raquel Meller, sino hacer con Raquel Meller algo sobre Carmen” (Jacques Feyder).

Comentarios

Hay muchas historias que con el paso de los años ya son consideradas como clásicas y por diferentes motivos, historias conocidísimas incluso por jóvenes melenudos tal y como acontece con la obra de Herr Prosper Merimée, “Carmen”, por lo tanto no será necesario volver a repetir que se trata de la historia de una gitana que tiene varias ocupaciones tales como ser espía, contrabandista o cigarrera, además de tener también la susodicha muchos amantes mostrando especial predilección por militares y toreros, aconteciendo todo ello en un típico lugar denominado Andalucía.

En esta ocasión la famosísima novela de Merimée fue adaptada por el francófono director Herr Jacques Feyder, una gran superproducción ( parece ser que Herr Feyder se había especializado en estos onerosos filmes ), rodada en diferentes lugares de Hispania y Francia, además de estar protagonizado por la famosa cantante y cabaretera de la época, Dame Raquel Meller, aunque desafortunadamente esas cualidades vocales de la artista no tienen cabida en este filme silente aunque sí sus dotes como actriz, una afirmación ésta bastante difícil de probar, ciertamente…

Dame Meller estaba muy a tono con el espíritu de la novela de Merimée, esto es, una obra repleta de tópicos acerca de Andalucía y erróneamente atribuidos con el paso de los años, a otros lugares de Hispania y que todavía persisten actualmente, un hecho ciertamente sorprendente para este norteño Conde germánico, pues además de que la popular cabaretera tenía una fuerte personalidad también poseía escasas luces, por lo que era una elección perfecta para interpretar a la heroína de Herr Merimée.

Herr Feyder emplea toda esa galería de tópicos de forma consciente pero nada caricaturesca, un gran mérito ciertamente, ser el filme una original y personal adaptación a pesar de tener una base literaria tan conocida ( evitando ser una burda copia o un pastiche ), demostrando ser otra gran obra de Herr Feyder además por la perfecta elección de decorados y escenarios naturales mostrados de forma puntillista, logrando finalmente que el filme sea todo un triunfo en la dirección artística de cada plano mostrado en el filme, una obra cuyas casi tres horas fueron casi imperceptibles para un impaciente conde teutón.

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La gran película sobre Carmen. Una extraordinaria superproducción para la época, que creó una enorme expectación en Francia. Desde el anuncio de su rodaje, en la segunda mitad de 1925, hasta su estreno, el 5 de noviembre de 1926 en el cine Marivaux de la capital francesa, donde se concentró todo el París que tenía algo que ver con el mundo del cine, las revistas del sector le dedicaron atención a cada anécdota, a cada detalle del rodaje y de la producción.
El belga Jacques Feyder buscó el realismo por encima de todo, de modo que una gran parte de la película está rodada en exteriores (Ronda y su serranía, aunque algunas tomas se hicieron al parecer a última hora en la costa azul). Todo el equipo se trasladó a Andalucía y allí trabajó los dos últimos meses del año 1925. Feyder había llegado antes, con su escenógrafo Lazare Meerson, quien tomó apuntes del natural (la Filmoteca francesa conserva un cuaderno con unos 80 dibujos), que luego sirvieron para la construcción de los decorados en los estudios de Montreuil y Joinville, donde el rodaje se terminó durante el invierno y la primavera de 1926. Muchos de esos dibujos tienen un toque orientalista y exótico, bien porque Meerson llegó en su viaje hasta el Norte de África o porque exageró los rasgos de lo que contemplaba hasta encontrar lo que acaso había venido buscando, la España imaginaria de los románticos.
De los decorados que salieron de estos esbozos resultó especialmente valorada la reproducción de la Calle Sierpes de Sevilla, con sus 80 metros de largo una de las mayores reconstrucciones del cine francés hasta aquel momento. Han quedado algunos dibujos de los que Meerson hizo en Sevilla, aunque no las fotografías que al parecer se utilizaron para ajustarse a las características reales de la calle. Cuando, terminado el rodaje, estos decorados fueron demolidos, algunos periodistas de los que cubrían la producción del film se lamentaron profundamente por su pérdida.
La Carmen de Feyder sigue fielmente la novela de Merimée, hasta el punto de que en muchas ocasiones se reproducen literalmente los diálogos de la novela. Esta estrecha relación con lo literario fue una seña de identidad del cine francés de los años 20. Aquí apenas hay guiños a la ópera (si acaso, la llegada de la guardia rodeada de niños). Los personajes son los de la novela. Don José de Lizzarrabengoa (pusieron una 'z' de más) aparece en su pueblo navarro de Elizondo jugando a la pelota y enzarzado en una pelea que termina con un muerto, de ahí su huida, que es seguida hasta su llegada a Sevilla, enrolado en el regimiento de Almansa. Los tipos, los vestuarios, los ambientes, los lugares filmados crean un cuadro de extraordinario realismo (si obviamos el hecho de que Sevilla aparezca rodeada de montañas). Algunos detalles del original de Merimée han sido sin embargo modificados: por ejemplo, García el Tuerto aparece aquí casi desde el principio y vemos su detención y su ingreso en la prisión de Tarifa (en la novela, se supone que lleva ya dos años en ella y sólo lo conocemos después de su fuga); todas las peripecias vividas por Carmen en Gibraltar han sido radicalmente eliminadas; se han unificado algunos episodios ocurridos en distintos momentos de la novela; algo diferente resulta también la muerte del Remendado; finalmente, la corrida de toros donde Lucas primero triunfa y luego sufre una cogida tiene lugar en Ronda y no en Córdoba.
La figura de Lucas aparece aquí estupendamente contextualizada. No es el Escamillo torero de Bizet, pero tampoco el picador que uno imagina cuando le dicen que así es como lo llama Merimée en la novela. Las imágenes de la lidia nos lo presentan como una especie de rejoneador, aunque torea también a pie, y es, desde luego, la gran estrella de la función, y así figura su nombre convenientemente destacado en los carteles que anuncian la corrida. La película es absolutamente fiel a la novela, tanto en la conquista de la divisa del toro que brinda a Carmen, como en las aclamaciones por su triunfo y su posterior cogida, aunque aquí se va un poco más lejos, ya que se muestra su muerte, algo que en ningún momento llega a explicitarse en la novela.
Aparte de la reconstrucción realista de ambientes y personajes, la obra de Feyder se caracteriza por la pulcritud de un trabajo técnico en el que abundan ya los travellings y en el que destaca la especial exquisitez de la fotografía (el campamento de los contrabandistas por la noche es un auténtico prodigio, casi un homenaje a la pintura tenebrista; las hogueras dan a los personajes el aspecto de muchas de las figuras de un Georges La Tour). Compone todo ello una historia en la que el buscado exotismo de las anteriores producciones en torno a Carmen ha quedado casi por completo eliminado, en el que las relaciones entre los personajes son mucho más verosímiles (a ello ayuda también el larguísimo metraje, más de dos horas y media, que permite desarrollar mejor el argumento) y ese tono entre tópico, paródico y casi risible que, seguramente a pesar de sus productores, rezumaban las películas anteriores, incluso las más serias, como las de DeMille o Lubitsch, ha quedado superado. Resulta también significativo el tintado de las cintas, procedimiento habitual de la época, que buscaba añadir colores simbólicos para resaltar cada momento dramático y que la restauración de la película en 2001 ha logrado preservar (o reconstruir) de forma admirable.
La protagonista principal de la película es Raquel Meller, la cupletista aragonesa, que era por entonces una grandísima estrella en Francia (y en España, por supuesto: no tengo a mano las extraordinarias memorias de Rafael Cansinos Assens que publicó Alianza en tres volúmenes, La novela de un literato, puede que las mejores del siglo pasado en nuestro país, donde aparecen abundantes referencias a las relaciones entre Meller y los intelectuales españoles de la época). Su Carmen no da sólo el tipo físico a la perfección, sino que sabe ser sensual y trágica cuando corresponde, y sus ojos llenan a menudo la pantalla. Como anécdota, la aparición de Luis Buñuel como contrabandista. Las pretensiones del productor de hacer de esta Carmen un producto derivado de la obra literaria y no de la ópera se notan también en la música. Se prescinde por completo de Bizet. La banda sonora fue encargada a un compositor español, de sólo 20 años de edad, quien para más señas, era el alumno predilecto de Falla, Ernesto Halffter. Su música combina los ritmos y los giros españolistas con una armonización y una instrumentación bastante cercana a la de música francesa. Lo mejor que puede decirse de ella es que sirve al objetivo de acompañar las imágenes reforzando, aun sin énfasis innecesarios, su potencial dramático y simbólico.