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Chicas japonesas en el puerto


General

Titulo original: Minato no nihon musume
Nacionalidad: Japón
Año de producción: 1933
Género: Drama

Otras personas

Director: Hiroshi Shimizu
Escritor: Mitsu Suyama; Historia: Itsuma Kitabayashi
Productor/Estudio: Shochiku
Compositor:
Fotografia: Taro Sasaki

Funcionalidades

Duración: 71
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Buena
Peso: 950 Mb

Reparto

  • Yumeko Aizome
  • Ureo Egawa
  • Yukiko Inoue
  • Yasuo Nanjo
  • Michiko Oikawa
  • Tatsuo Saito
  • Ranko Sawa

Sinopsis

Sunako y Dora son buenas amigas y compañeras de un colegio religioso de Yokohama. Suelen salir juntas al acabar las clases, hasta que en uno de sus paseos aparece un chulillo llamado Henry que se lleva a Sunako en moto. A partir de ese momento las vidas de Sunako y Dora quedarán sumidas en una espiral de decadencia.

Comentarios

La historia presenta a dos chicas, Dora y Sunako, que son grandes amigas en Yokohama. Prometen nunca separarse, pero enseguida aparece un hombre entre las dos (con el nombre occidental de Henry). Sunako se siente atraída por él, pero es un mal tipo, un gángster y un macarrilla. Finalmente lo descubre con otra mujer y hace algo imprudente. En su vergüenza, Sunako se escapa para convertirse en una geisha. Más tarde se encuentra con Dora y Henry nuevamente, ahora casados y sintiéndose culpables por lo que pasó con Sunako.

"Chicas japonesas en el puerto" es una película visualmente hermosa, pero a veces da la sensación de que está mal realizada. La primera mitad es especialmente confusa, con la mirada truculenta de Shimizu flotando por sus imágenes. Y la transición entre el gran evento de la primera mitad y la segunda mitad de la película nunca queda del todo clara. Inicialmente pensé que estaba confundido y era un error de apreciación mío. Pero volví a ver la mayor parte de la primera mitad y aún me resultaba difícil comprenderla. Además, cada vez que los personajes que no son uno de los tres principales aparecen en la película, siempre es difícil entender quiénes son. La segunda mitad es mucho más intensa que la primera, pero aún me quedaría la queja de que Henry y Dora nunca son personajes especialmente interesantes. Mi atención se centró por completo en Sunako, y me resultó difícil concentrarme cuando ella no estaba cerca.

Con todo y admitiendo que estos defectos podrían muy subjetivos del autor de esta reseña, el filme nos deja ese regusto, tan propio de la obra de Shimizu, entre emotivo e inquietante, que lo hace muy recomendable.

(Eddie Constanti)