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Cinco tumbas al Cairo


Personal

Valoración personal: 7 stars

General

Titulo original: Five Graves to Cairo
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1943
Género: Intriga

Otras personas

Director: Billy Wilder
Escritor: Charles Brackett; Billy Wilder; Lajos Biró
Productor/Estudio: Paramount Pictures
Compositor: Miklós Rózsa
Fotografia: John F. Seitz

Funcionalidades

Duración: 96
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 8,0 Gb

Reparto

  • Franchot Tone
  • Erich von Stroheim
  • Anne Baxter
  • Akim Tamiroff
  • Peter Van Eyck
  • Fortunio Bonanova
  • Konstantin Shayne
  • Fred Nurney
  • Miles Mander

Sinopsis

Durante la Segunda Guerra Mundial, en Junio de 1942, el ejército británico se retira del Norte de África ante el victorioso avance de Rommel, dejando un único hombre detrás de sus líneas, en el desierto entre Libia y Egipto. John Bramle, el único superviviente se refugia en un remoto hotel perdido en pleno desierto...

Comentarios

Doblaje realizado para TVE en 1963. Es bastante bueno al contar con excelentes voces, el único problema es que , al ser grabada en una sola pista, las escenas de diálogos se comen parte de la brillante partitura del gran Miklos Rosza, sustituyéndola por otra musica incidental y que nada tiene que ver con la del film (por cierto, practica habitual en esos redoblajes), aunque siempre tenemos la vo.

Premios
1943: 3 nominaciones al Oscar: Fotografía (B&W), direcc. artíst. (B&W), montaje

Tercera realización de Billy Wilder. Se basa en la comedia "Hotel Imperial", de Lajos Biró. Se rodó en el desierto de Arizona y en los Paramount Studios, con un presupuesto de 1 M dólares. Obtuvo 3 nominaciones a los Oscar (montaje, dirección artística b/n y fotografia b/n). Producida por Charles Brackett (coguionista), se estrenó el 4-V-1943 (EEUU).

La acción tiene lugar en el desierto de Libia, entre junio y octubre de 1942. Narra la historia del cabo John J. Brombel (Franchot Tone), superviviente de la caída de Tobruck en manos de las tropas nazis. Brombel, empleado de la sección de reclamaciones de una campoñía de seguros de Londres, es una víctima de la guerra, trata de sobrevivir sin heroismo y suplanta la personalidad de un camarero, Paul Davos. Siente aversión por la figura del mariscal, por lo que emprende una arriesgada aventura de espionaje. Erwin Rommel (Erich von Stroheim) es un personaje aterrador y abominable, diabolicamente inteligente. La camarera Mouche (Anne Baxter, 19 años), francesa, frágil y cautelosa, suplica compasión a Rommel sin resultado y se mueve entre dos amores. El encargado del hotel es el egipcio Farid, voluble, servil y acomodaticio.

La película construye un absorbente relato de intriga, espionaje y acciones bélicas (sin combates). Sitúa la acción en un hotel del desierto, aislado y claustrofóbico. En su interior se desarrolla la vida de un conjunto de personas amorales, cínicas, crueles y enigmáticas, que satura el ambiente de cobardía, traiciones, engaños y perversidad. La intriga va en aumento con el doble robo de una pistola, la pulsación de un secreto militar nazi, el odio que suscita la personalidad de Rommel, la suplantación de identidades y los sentimientos crecientres de venganza. El espionaje alemán y el británico añaden elementos de tensión, duda e incertidumbre. El relato está salpicado de mordacidad y sarcasmo, que se ceba en la descripción de la personalidad de Rommel, en contraste con la de Mouche. La ironía suma elementos absurdos y de humor negro. El general italiano Sebastiano (Fortunio Bonanova) es objeto de ridiculización por parte del mariscal y de los guionistas. Son memorables la secuencia inicial, la escena fuera de campo (un foco de luz deslumbra al espectador para que no vea lo que ocurre en el escenario), la ronda de 20 preguntas a Rommel y otras.

La música, de M. Rozsa, ofrece composiciones de aire marcial, solemne, épico y romántico, integradas en la acción. La fotografía, de John F. Seitz ("Perdición"), crea ambientes sórdidos y siniestros, de luces tenues contrastadas con negros intensos. Hace uso de una acertada iluminación y de inquisitivos movimientos de cámara. El guión construye un ambiente perturbador, mortífero y rechazable, que anima la moral cívica y militar aliada. La interpretación de Stroheim es antológica. La dirección apunta la fuerza que desarrolla unos meses después en "Perdición" (1944).
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Siendo como es, Cinco tumbas al Cairo, una de las obras más desconocidas de Wilder, considerada por muchos un film menor en la filmografía del autor, la realidad es que el film pertenece, junto a Berlín Occidente (A Foreign Affaire, 1948) y Traidor en el infierno (Stalag 17, 1953), a las tres únicas incursiones que realizara Wilder en el género bélico (aún sin ser plenamente bélicas, pues en ninguna hay una batalla propiamente dicha, para que nos entendamos). Estos films comparten entre sí una máxima mordacidad a la hora de retratar personajes y situaciones, siempre veristas por supuesto, y un singular atractivo por los personajes cínicos y de moral (supuestamente) confusa.

El film a su estreno fue recibido con un duro palo crítico, como se desprende de la crítica del New York Times de Bosley Crowther: «Cinco tumbas al Cairo es, casi con toda seguridad, la película de guerra más heterogénea que se haya filmado hasta la fecha. Tiene un poco de todo para todo el mundo, siempre y cuando a esas personas les importe un comino». Así como por un crispado rechazo social al estar la guerra aún tan presente en el tiempo (no olvidemos que en el 1943, por ejemplo, tuvo lugar la batalla de Stalingrado). Quizás eso explique porqué "Traidor en el infierno", rodada diez años después, fue recibida tan bien (además por supuesto, de la increíble película que es), cuando en el fondo Cinco tumbas al Cairo se podría considerar su precursora.

Dentro de la obligada revisitación que se debería hacer a las obras, en su día defenestradas por la crítica, de Wilder, Cinco tumbas al Cairo, setenta años después de su estreno ofrece no sólo ya rasgos típicamente wilderianos como el tema de los disfraces (Brandle haciéndose pasar por camarero), cierta misoginia con respecto a la mujer protagonista, un cinismo fuera de lugar en el personaje de Rommel y un secundario tan entrañable como es el encargado del destartalado hotel (Akim Tamiroff), que podría ser considerado como el abuelo de los futuros desternillantes personajes hoteleros de Wilder en Con faldas y a lo loco, Irma, la dulce, Avanti! y Aquí, un amigo (también sería interesante incluir en este grupo, aunque no tenga nada que ver con la hostelería, al secretario ex-miembro de las SS de McNamara en Uno, dos, tres, 1961).

Billy Wilder tenía una teoría muy buena sobre el inicio de sus filmes: «Al público se le agarra por el cuello, se les acelera el corazón, y no se les suelta. Hay que apretar cada vez más. Al final, cuando están casi sin aliento, se les deja, se acabó, y la sangre empieza a circular de nuevo»

Al margen de la escasa veracidad que presenta la historia, en la que el cabo Bramble acaba robándole un mapa a Rommel y gracias a esta acción las fuerzas Aliadas recuperarán el norte de África, esta curiosa digresión histórica que se permiten Wilder y Brackett, sirve para ofrecernos lo mejor del film: la completa y divertidísima interpretación que de Rommel hace Erich Von Stroheim. Este le ofrece a Wilder una interpretación desbordante de humor, cercana a la parodia, pero dejando al Rommel de James Mason en el film de Hathaway como si de una monja de la caridad se tratara. Su Rommel es fascinante, autoritario, tremendamente inteligente (magnífica la secuencia en que se permite explicar sus tácticas a los prisioneros británicos para alardear de su inteligencia) y de un sarcástico desternillante. Seguramente, si el film vale la pena recuperarlo hoy en día, es por la actuación de Stroheim. (miradas).