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Coeur de femme


General

Titulo original: Coeur de femme
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1913
Género: Melodrama

Otras personas

Director: René Leprince; Ferdinand Zecca
Escritor: Pierre Decourcelle
Productor/Estudio: Acme Pictures Corporation
Compositor:
Fotografia:

Funcionalidades

Duración: 50
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Buena-Regular
Peso: 350 Mb

Reparto

  • René Alexandre
  • Louis Ravet
  • Gabrielle Robinne
  • Castillan
  • Berthe Bovy
  • Aimée Tessandier
  • Tórtola Valencia

Sinopsis

Un joven escultor está enamorado de su vecina pintora, pero su padre tiene otros planes para él...

Comentarios

René Prentice y Ferdinand Zecca formaron pareja en la producción y dirección de películas para la Pathé. Ambos eran, también, actores desde su comienzo. Zecca fue un auténtico pionero y aportó sus creaciones desde inicios del siglo veinte. Bien conocida es su "cabeza de cerdo parlante" que presentó en la Gaumont, para luego enrolarse en las filas "pathenianas", donde conoció a Leprince. Éste, que fue el director "mascota" de las primeras obras de Max Linder, se adaptó enseguida al compañero Zecca --o viceversa--, y ambos nos legaron cortometrajes para la historia.

"Coeur de femme", sin embargo, es un largometraje. Presenta la misma estructura de producción que las películas de Griffith: cámara fija para filmar todas las escenas que cuentan con el mismo escenario. Es decir, que si en un mismo comedor tiene lugar un drama, una explosión de alegría y una despedida, por ejemplo, la cámara queda quieta en el mismo rincón y los actores se encargan de interpretar los distintos episodios; economía de medios, en contraste con la sofisticación actual de tomas y encuadres. Sin embargo, "Coeur de femme" tiene un par de cosas que la distinguen de estas coordenadas habituales en la época: primero la escena del desmadre en la fiesta de disfraces, verdadera locura filmada. Y segunda, esa secuencia con el escenario partido en dos, que muestra un par de habitaciones contiguas, separadas por un muro y una puerta, por donde los actores cruzan una y otra vez y nos permiten acceder visualmente a la acción. Novedad que cabe tener en cuenta (no olvidemos que estamos hablando de una película de 1913).

La trama es simple, pero tiene su enjundia: un odioso padre más que estricto, que dirige la vida de su hijo, con la amenaza de quitarle la asignación; un hijo estudiante de arte, ya talludito, que debe tragar sapos y culebras para mantener su pecunio económico y una joven escultora que no está dispuesta a comerse su orgullo ante un individuo (el padre) muy carca y bastante energúmeno. Vedla con cariño; la visión que nos da de la bohemia francesa no es tan descarnada como la historia de Mimí (¡pobre y tuberculosa Lillian Gish!), pero tiene su encanto. Y, por encima de otras consideraciones, es un hallazgo sensacional que nos permitirá calibrar con mayor conocimiento de causa el cine que se hacía en aquellos tiempos.