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Premios
1955: 3 nominaciones al Oscar: Mejor director, actor (Spencer Tracy), guión
1955: Premios BAFTA: Nominada a mejor película
1955: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director
1955: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión drama
1955: Cannes: Mejor actor ex-aequo (Spencer Tracy)
1955: National Board of Review: Top 10 Mejores películas del año
Uno de las mejores obras de John Sturges, basada en un relato corto de Howard Breslin ("Bad Day at Hondo"). Obtuvo tres nominaciones a los Oscar (actor principal, director y guión). Ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cannes.
La acción tiene lugar en un día de 1945, acabada la II GM. Narra la historia de un hombre maduro, John J. Macreedy (Spencer Tracy), manco, bien trajeado, jubilado, que llega a la localidad perdida de Black Rock con el objeto de cumplir una última misión. Es recibido con sorpresa y hostilidad creciente. La película muestra cómo las actitudes racistas y xenófobas pueden desencadenar tragedias personales y colectivas, injustas y rigurosamente punibles. Los prejuicios y la intolerancia que las informan no tienen sentido, carecen de justificación, se alimentan de odio y engendran odio, inseguridad y angustia. Se muestra una comunidad en la que el imperio de la ley ha sido desplazado por grupo de granujas a las órdenes de Reno Smith (Robert Ryan), un desalmado que mantiene a los convencinos sometidos a su capricho y aislados del exterior. La presencia del forastero desestabiliza el precario equilibrio de dominación y sometimiento que rige al amparo del miedo. Su lucidez, astucia, valentía y su rechazo del miedo, ponen en evidencia la debilidad del impostor. Son escenas memorables del film la lucha a golpes de Coley Trimble (Ernest Borgnine) contra Macreedy, la defensa de éste frente a Reno en una noche cerrada, el hostigamiento del jeep que conduce Macreedy por parte de Coley y la convincente denuncia de la debilidad de Reno por parte de Macreedy al haber confiado en cómplices en los que anida la traición.
La música suena con fuerza y solemnidad, interpretada por una orquesta de viento y percusión. La fotografía hace uso de encuadres excelentes, escenas nocturnas iluminadas con sabiduría, un discreto recurso a la "noche americana", planos medios bien centrados en la pantalla de cinemascope y los travellings excepcionales de la presentación del tren. El guión hace una excelente descripción de personajes, con espcial atención al protagonista. La interpretación de Tracy es extraordinaria, está muy bien en su papel de malvado el siempre sobrio Robert Ryan. Les acompaña un elenco de grandes actores (Lee Marvin, Walter Brennan, Ernest Boorgnine, etc.) y la simpática Anne Francis. La dirección desarrolla el descubrimiento del secreto de Macreedy y el hostigamiento al que se ve sometido, de modo pausado y gradual, con lo que enriquece el film y absorbe al espectador.
La película, pausada y solemne, denuncia el sinsentido del racismo, la xenofobia y la tiranía. Exalta la resistencia al miedo y el imperio de la ley. Dotada de grandes virtudes técnicas, resulta grata de ver y oir. Convence y emociona.
La película obtuvo tres nominaciones a los Oscar, al mejor director, al mejor actor principal (Spencer Tracy), y al mejor guión original.