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Si tuviésemos que condensar la obra de Hiroshi Shimizu en una frase, a más de uno se le ocurriría decir que fue el realizador japonés que mejor supo captar la esencia del universo infantil. Pero eso sería demasiado burdo e injusto para la grandeza de su filmografía. También se suele decir que tuvo la "mala suerte" de nacer el mismo año que Ozu, lo que hizo que siempre fuese "a la sombra" del gran maestro, no pocas veces con iguales méritos que éste y casi "de tapadillo" entre los otros colosos (Naruse, Mizoguchi...).
Shimizu nació en la prefectura de Shizuoka y asistió a la Universidad de Hokkaidō, pero se fue antes de graduarse. En 1921 se unió al estudio Shochiku, en Tokio, e hizo su debut como director en 1924, a la edad de sólo 21 años. Amigo y colega de Ozu, dirigió más de 160 películas durante su carrera. Sus primeros trabajos fueron en su mayoría melodramáticos o presentaban a "wakadanna", los hijos de ricos comerciantes que llevaban un estilo de vida de playboy. Sin embargo, su trabajo en la década de 1930 aprovechó cada vez más el rodaje en localizaciones exteriores y actores no profesionales, y en su momento lo elogiaron críticos de cine como Matsuo Kishi por su realismo. Chris Fujiwara destacó el uso de la repetición, la trama, la puntuación y un toque moderno en el trabajo de Shimizu.
A menudo su trabajo posterior se centró en los niños y él mismo trabajó para ayudar a los huérfanos de guerra después de la segunda contienda mundial, una experiencia que condujo a la película "Niños en el viento" (1937), que Jacoby calificó como una "obra maestra del neorrealismo". Sus películas presentaban a todo tipo de niños, desde aquellos que no aman a -o no son amados por- sus padres, hasta niños que son rechazados por sus compañeros o se convierten en marginados sociales, incluso aquellos que sufren enfermedades y discapacidades. Si bien la premisa de las historias difería, a menudo persistía un tema común: Shimizu utilizaba a individuos que estaban excluidos de un grupo para hacer comentarios sociales y críticas a la sociedad a través de ese mismo grupo.
Una vez, Kenji Mizoguchi dijo de él: "La gente como yo o como Ozu obtenemos películas hechas por el trabajo duro, pero Shimizu es un genio".
Shimizu también exploró temas de sacrificio materno y, en general, roles de mujeres caídas en desgracia. En estas películas, a menudo la heroína aceptaba la carga de apoyar a un pariente o un dependiente masculino para darles la oportunidad de ir a la escuela o tener éxito en la vida. Sin embargo, sus esfuerzos y sacrificios no conducían a su objetivo y sus acciones eran cuestionadas, con lo que, inevitablemente, la historia acababa en tragedia.
Murió de un ataque al corazón el 23 de junio de 1966, a la edad de 63 años.
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Fue no shiratama
He visto más de una docena de películas de Hiroshi Shimizu, el psicólogo realista y el erudito de la infancia. Ésta es el primer punto de entrada que sobrevivió para el público posterior. Hacia 1929, Shimizu había dirigido más de treinta películas, de las cuales sólo existen fragmentos y fotografías (si es que existen). Obviamente, esto nos hace apreciar más "Fue no shiratama", a pesar de que en realidad no es una gran película, ni siquiera una que se asemeje al estilo reconocido más tarde del director.
La película cuenta la historia de Toshie (Yagumo Emiko), una chica sensata y tradicional que trabaja como taquígrafa en una empresa. Está enamorada del guapo Shozo (Takada Minoru), quien lamentablemente se compromete con la hermana de Toshie, Reiko (Oikawa Michiko). Reiko no se parece en nada a su hermana, es una chica moderna ("moga") que Tiene una vida muy ligera y algunas relaciones casuales. Al igual que muchas películas japonesas de este tipo, al tener dos opuestos polares para las dos hermanas, la película ofrece un argumento sobre el efecto de la modernización en los roles de género. Desde la perspectiva de hoy, mientras que Toshie y Reiko tienen cualidades que vemos como partes normales y positivas de la feminidad cotidiana, ninguno de los dos es realmente un modelo positivo. La división de los rasgos de los personajes es demasiado negra o blanca, sin grises, para eso.
Recientemente vi otro Shimizu temprano que ha sobrevivido, el melodrama en dos partes "Nanatsu no umi" (también en este miniciclo). Al igual que esa película, tiene un aspecto modernizado y muchas imágenes que parecerían americanizadas. Sin embargo, aunque es una historia muy melodramática, "Corazón eterno" no es tan escandalosa. Sólo si la comparas con las mejores películas posteriores de Shimizu, como "Ornamental Hairpin" (1941), parece impulsada por la fuerte trama. Me gustó la apariencia de la película y también me gustaron los actores, aunque sus personajes no sean muy interesantes. Tanto Yagumo como Takada aparecían en algunas de las primeras películas de Ozu. La trama realmente no me entusiasmó, porque muchas películas japonesas de antes de la guerra contaron mejor el mismo relato. Sin embargo, estoy contento de que ésta haya sobrevivido.
