General
Titulo original: | Oberst Redl |
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Nacionalidad: | Austria |
Año de producción: | 1925 |
Género: | Drama |
Otras personas
Director: | Hans Otto |
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Escritor: | Hans Otto; Walter Reisch; Hans Seeliger |
Productor/Estudio: | FIAG-Filmindustrie; Ottol-Film |
Compositor: | |
Fotografia: | Eduard Hoesch |
Funcionalidades
Duración: | 67 |
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Pistas de idioma: | Muda |
Idiomas de los subtítulos: | Castellano |
Modo de color: | Blanco y negro |
Fuente ripeo: | SAT |
Soporte: | DivX |
Tipo archivo: | AVI |
Calidad imagen: | Regular-Mala |
Peso: | 950 Mb |
Reparto
- Robert Valberg
- Eugen Neufeld
- Harry Norbert
- Albert Kersten
- Eugen Dumont
- Dagny Servaes
- Ellen Reith
- Carlos Gerspach
- Louis Seeman
- Julius Stärk
Sinopsis
Película basada en hechos reales, y concretamente en la historia de Alfred Redl (1864-1913), militar del Ejército austrohúngaro, que logró ascender hasta convertirse en coronel y ocupar el cargo de jefe de estado mayor del VIII cuerpo (Praga). Durante la mayor parte de su carrera sirvió como jefe de la Oficina de Evidencias, Servicio de Inteligencia Militar (los servicios de contraespionaje del Imperio austrohúngaro). Fue una de las figuras más preeminentes en el mundo del espionaje previo a la Primera Guerra Mundial, su paso por el servicio de contraespionaje estuvo marcado por la innovación, y promovió el uso de las tecnologías más avanzadas de su tiempo con el fin de detectar y arrestar agentes extranjeros. Pero resultó ser a su vez uno de los mayores y más importantes espías al servicio del Imperio ruso. Captado inicialmente bajo amenaza de hacer pública su condición de homosexual, pero también generosamente recompensado económicamente después, los ingresos que le reportaba su traición elevaron enormemente su nivel de vida, y al parecer acabó vendiendo secretos militares a los servicios secretos franceses e italianos. Fue finalmente descubierto, e "invitado" a suicidarse pegándose un tiro, lo que efectivamente hizo, poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.
Comentarios
El conde Adalbert Sternberg, diputado del Reichsrat, declaró tras la guerra: "[Redl] denunció a todos los espías austriacos en suelo ruso de los que tuvo constancia, porque el caso del mayor de todos [Laikov] se repitió muchas veces. Redl entregó nuestros secretos a los rusos y evitó que nosotros consiguiéramos los suyos mediante espías. Así, en 1914, austriacos y alemanes desconocíamos la existencia de hasta 75 divisiones rusas, lo que constituía más que el ejército austrohúngaro al completo. (...) si hubiéramos tenido esa información, nuestros generales habrían tratado de impedir que nuestros mayores dignatarios firmaran la declaración de guerra"
Tanto los cronistas de los últimos días del Imperio de los Habsburgo como los historiadores del espionaje, desde el ex-director de la CIA Allen Dulles hasta el general de la URSS Mikhail Milstein, concuerdan en calificar a Redl de archi-traidor: Redl ha sido considerado de forma consistente como uno de los mayores traidores de la historia; sus acciones causaron la muerte de algo más de medio millón de sus compatriotas. Se considera que la traición de Redl contribuyó a las derrotas que el Imperio austrohúngaro sufrió en todos los frentes en los primeros meses de la Primera Guerra Mundial. Las afirmaciones de que Redl también trabajó para los servicios secretos de Francia e Italia son muy posteriores a su época, y están en disputa, ya que no han podido ser denegadas ni confirmadas.
Existe una versión posterior, de 1984, del director húngaro István Szabó.