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“Crainquebille” es un hermoso filme repleto de poesía que nos narra la historia de un vendedor ambulante que vende su mercancía, hortalizas, con su carro en el mercado parisino; debido a un incidente con un policía, pasará varios días en la cárcel, cuando finalmente éste sale de prisión, todo habrá cambiado para él.
“Crainquebille” es un sorprendente y destacado filme por muchas razones: por sus aspectos técnicos debido a la maestría de Jaques Feyder en cada plano y concepción del filme; efectos visuales y especiales ( la pesadilla del doctor Mathieu, la secuencia de Crainquebille en el juzgado ) además de una excelente fotografía ( las secuencias del mercado y especialmente las nocturnas ) a cargo de Herr Léonce-Henri Burel y Herr Maurice Foster, que contribuyen y enriquecen el filme de una forma prodigiosa.
Además de sus aspectos técnicos, “Crainquebille” es un filme memorable por la poesía con la cual dota al filme Herr Feyder, una obra repleta de sensibilidad que no ñoñería, una tarea bastante complicada ésta pues este filme en manos de directores menos expertos darían en su resultado final un filme completamente diferente y seguramente peor ( uno de los protagonistas es un niño huérfano con perrito incluido.. ), un filme que muestra a diferente y ordinaria gente, vendedores, dependientas, policías, prostitutas, jueces o doctores, formando una especie de sinfonía humana tan real como la vida misma, sin olvidarnos tampoco que el filme incluye también cierta crítica sobre injusticias sociales, degradación social o incluso injusticia en la aplicación de la justicia.
“Crainquebille” es por todo ello un trozo de vida, una especie de documental de la gente que vivía en París ( o en cualquier gran ciudad del mundo ) durante los años 20, sus duras vidas expuestas con cierto sentido del humor y esperanza, un filme hermoso que apuesta siempre por la honestidad y la gente honesta, una excelente obra maestra, ciertamente.