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Complicado, controvertido y a la vez exitoso, es el estudio psicológico de las distintas personalidades de ese matrimonio, una pareja en crisis caracterizada por los continuos altibajos, la incomprensión, la monotonía y el tedio. Son dos personas muy diferentes y con distintas formas de vida, que deben asumir la ardua tarea de encontrar puntos en común, un esfuerzo que parece condenado al fracaso. A nosotros nos parece que herr Pabst flaquea al final de la película, cuando recurre a un final feliz poco convincente, además de moralizar innecesariamente.
Hay una parte de "Abwege" que ama especialmente este conde alemán y es la que ocurre en el club... ¿Se imaginan ustedes? Esta película da la oportunidad de ver un genuino y decadente club nocturno alemán de la era de Weimar. Es un gran regalo para los aristócratas teutónicos trasnochados, como éste que les escribe, ya que de esta manera pueden recordar las noches locas de su juventud, donde se pasaron muchos buenos momentos en tan hermosas guaridas de iniquidad. Allí, los ociosos clientes podían encontrar el vicio de su elección: alcohol, drogas, tabaco y, lo más terrible de todo, ¡bailarinas latinas! ¡Qué tiempos!
