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Faltan los primeros minutos de este corto producido por Gaston Méliès, pero unos pocos intertítulos al inicio explican las ausencias, y es una historia divertida, aunque sencilla. Francis Ford interpreta a uno de los vaqueros. Para los que estamos acostumbrados a pensar en él como el hermano de John Ford, interpretando papeles como el anciano que se levanta de su lecho de muerte para presenciar la gran pelea al final de El hombre tranquilo, es un momento importante para darse cuenta de que fue una gran estrella en la década de 1910, apareció en casi 300 cortometrajes, más de 200 largometrajes, dirigió más de un centenar de películas y le consiguió a su hermano pequeño un trabajo en la Universal. Es una bonita idea que John Ford, John Wayne y otras docenas de estrellas más recordadas, nunca hubieran tenido una carrera si Georges Méliès no hubiera enviado a su hermano a Texas para rodar películas del oeste.