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En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 34. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 2-octubre-1995. Invitados: Miguel Marías, Juan Cobos y Juan Miguel Lamet.
¿Qué sentimos cuando observamos la hermosura de la Naturaleza? Sentimos que la belleza nos posee, que participamos de la plenitud del mundo por primera vez.
¿Qué sienten los japoneses?
Melancolía. Algo que no llega a ser tristeza. Le llaman mono no aware. Si contemplan un crisantemo, lo que tiene de bello les produce felicidad y lo que tiene de efímero, amargura.
Yo no soy japonés, pero como espectador resabiado, nadie me ha hablado de la forma que lo hace Ozu. Con tanta modestia. Con tanta autoridad. Cuando, como dice servadac, mi médula se estremece hasta el dolor con el travelling más leve y brutal nunca rodado, descubro mi pequeñez. Cuando el anciano espera el nuevo día mientras su esposa termina de vivir, yo me siento desnudo y observado.
Por eso, porque estoy indefenso, reivindico en este caso la mala poesía. Es mi derecho. Mi coartada. Jamás podré hacer unos versos como los de este maravilloso y clásico haiku:
Nace el otoño
Se deslizan las nubes
Y se ve el viento
Y así, cuando Ozu filma el movimiento de las cosas, de las estaciones, de las personas, de los abanicos, de los trenes, de las soledades, sabiendo que nada permanece lo suficiente, yo tan sólo puedo defenderme con este mal haiku, que escribí en honor de “Cuentos de Tokio” y que es una suerte de exorcismo personal:
¿Qué se detiene
Cuando por fin me observa
El amanecer?