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No hay IMDB, ni FA, ni director conocido ni nada de lo que se suele incluir en un post convencional. Pero es que este pequeño fragmento tampoco lo es. Constituye una de las pocas filmaciones perdurables que fueron realizadas con el procedimiento desarrollado por Gaumont para dotar a las películas de color natural frente al coloreado.
Inspirado en el proceso conocido como Autochrome, con el que los hermanos de la foto precedente obtenían positivos fotográficos en color, Gaumont desarrolló un procedimiento que incluía la invención y puesta a punto de una complicada cámara con tres objetivos, a los que se adosaba diferentes filtros coloreados, el desarrollo de una película hipersensible -una hazaña para la época-, y un proyector especial, capaz de sincronizar tres películas a la velocidad de 16 fps, y que debía ser refrigerado con agua fría. El procedimiento fue conocido como Chronocrome.
Pero resultó demasiado costoso y complejo como para seguir avanzando. Las investigaciones, iniciadas en 1912, tocaron a su fin en 1916, coincidiendo con el inicio de la Gran Guerra. Se cerró la sala que Gaumont había habilitado para este tipo de proyecciones en Montmartre, el Gaumont Color, y aunque finalizado el conflicto hubo tímidos intentos de proseguir, el proyecto sufrió el carpetazo definitivo en 1920. A pesar de ello, Gaumont, sin saberlo, con su revolucionario procedimiento había sentado las bases para lo que sería más tarde el procedimiento definitivo, el Technicolor.
El año pasado, Gaumont decidió restaurar este fragmento. Un excepcional documento que muestra las actividades de ocio que se llevaban a cabo durante un verano de 1913 en Deauville (uno de los sitios favoritos de la aristocracia europea de finales del siglo XIX y principios del XX. Alfonso XIII pasaba largas temporadas allí.)
