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Pertenece “Decoy” a esa serie de películas que, con el paso del tiempo, han escrito su nombre en el catálogo de oro del mejor noir americano. Y, sin duda, por méritos propios. Al verla no puede uno sino recordar a “Detour”, a la trilogía negra de Mann o a las obras maestras de Joseph H. Lewis: serie b, poco metraje, rodada en estudios poco glamurosos y ritmo, mucho ritmo.
Y así es como comienza el film. Con un plano secuencia inolvidable que nos anticipa el final de la trama. Sin embargo, y a pesar del flashback, el espectador no encontrará sentido a esa introducción hasta los últimos fotogramas que coinciden con el desenlace de una historia llena de personajes atormentados y comportamientos arrebatadores.
Con una puesta en escena clásica y acompañada de un soniquete musical espléndido y estiloso, el film flojea en algunas interpretaciones, principalmente en la parte correspondiente a Jean Gillie (Margot shelby) quien en ocasiones transforma su irracional comportamiento en alguna escena bastante estridente y fuera de sitio. Esto, sin embargo, no merma en un ápice la trepidante historia que filma con mucho oficio un desconocido Jack Bernhard, director habitual de thrillers policíacos, y quien se sobrepone al insuficiente desarrollo de cada uno de los personajes para terminar rodando una obra que, a día de hoy y para los amantes del género, supone un encuentro magnífico con el mejor noir de los cuarenta.
--"En Decoy, realizada en 1946...la música es un elemento muy atractivo.
Actrices tan conocidas como Ava Gardner...y Rita Hayworth que...oscurecieron actuaciones tan maravillosas como la de Jean Gillie, que participa en una película de serie B llamada Decoy, que es lo máximo. Digo, es asombrosa.