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Gaston Ravel, al igual que tantos otros, militó en el equipo de Gaumont, como actor y luego como director. Colaboró en la realización de muchas de las películas de colegas más renombrados que él y, de hecho, este corto aparece como codirigido por Jacques Feyder. Es evidente que en Gaumont, y parodiando la frase "mosquetera", todos eran para uno y uno era para todos. Ravel también trabajó en producciones alemanas e italianas, hasta sumar una sesentena de títulos.
Se trata de un corto realizado por Marcel Fabre (Marcel Pérez, o Robinet) en 1914, un año antes de que Ravel filmase este "De pies y manos". Por tanto, es evidente que la idea de mostrar únicamente esas extremidades como curso dramático de la historia no fue original de Ravel. Y más tarde el mismo recurso se ha repetido bastantes veces.
Relato de un amor rechazado y más tarde aceptado, "De pies y manos" es una elegante filigrana, como un fino encaje bien urdido, que nos explica los tremendos esfuerzos realizados por un galán para obtener el amor de una bella viuda, en principio poco receptiva. Los pies y las manos como protagonistas absolutos, únicamente al final se nos permite ver el rostro de la pareja en un breve plano... junto al fruto de su unión. Esa unión que el tenaz galán se ha sabido trabajar con paciencia sin cuento.
Una aclaración: he mantenido el título literalmente del francés por la evidencia de la trama, aunque la expresión "des pieds et des mains" equivale más bien a "a cualquier precio", a "sea como sea", etcétera. Es uno de esos casos en que una frase hecha no tiene buena traducción en otro idioma.