Comentarios
Extraña pero a la vez interesante película de E. A. Dupont, el conocido gestor de títulos emblemáticos como "Varieté", "Picadilly" o "Moulin Rouge", aquí ayudado por un joven William Dieterle. Decimos extraña porque, a pesar de beber de distintas tendencias cinematográficas no acaba de centrarse en alguna de ellas. Por ejemplo, tiene ecos del expresionismo alemán (esas viviendas cochambrosas, esas callejas retorcidas), pero no se la puede llamar expresionista. O bien recuerda a esas larguísimas sagas nórdicas (Gösta Berling, Fante-Anne), aunque no alcanza tal categoría. Además, se nos ocurre pensar que, a pesar de su largo metraje (135 minutos), algunas secuencias se han perdido por el tiempo y el camino: hay "saltos" en el metraje que no parecen muy normales; o flashbacks repentinos que nos hacen bailar un poco la cabeza para recordar si aquello que vemos es "ahora" o ya pasó (esto último ya podría ser achacable al responsable del montaje final del filme).
Con todo la película, repetimos, tiene muchos valores a su favor. Hay planos formidables que demuestran el buen hacer de Dupont, elipsis acertadas y un ritmo sostenido que nos mantiene atentos frente a esa epopeya de la niña de la inclusa que se enfrenta a la vida pasando por un aprendizaje lleno de obstáculos: proxenetas, nobles en busca de carnaza joven, contrabandistas, amores, traiciones y desengaños. "La verde Manuela" es una película de España, como reza el primer rótulo; aquí ya entran los pintoresquismos que se nos atribuyen y, en general, la falta de conocimientos que se tiene de un país determinado. Por ejemplo, aparecen apellidos como Llorrente o Gazul y la misma Manuela, cuando alcanza el éxito, se hace llamar "la Argentinita" (nada que ver con la famosa bailarina que todos conocemos).