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La copia
Recién restaurada. Los subtítulos también se han revisado, a partir de unos ingleses. Es una de las dos películas que hemos rescatado del realizador Grigori Stobovoi, autor de sólo tres largometrajes en su carrera.
Odiar es un ejercicio sano cuando se tiene razón para odiar y, además, uno disfruta haciéndolo. Nada que ver, por supuesto, con la doctrina de Jesucristo, aquella de "poner la otra mejilla" y soportar lo que venga, como el justo Job. Por cierto, en ningún catecismo hemos leído qué debe hacer uno cuando ya ha puesto ambas mejillas y le siguen dando. Porque, que yo sepa, los humanos sólo contamos con dos (mejillas).
El protagonista de esta breve pero magnífica película es un viejo criado, un lacayo que cuida de la mansión de los señores, y de ellos mismos, desde treinta o más años atrás. Este hombre tiene dos motivos para odiar. El primero, la situación en que se encuentra su país y que ha conducido a su hijo a unirse a los bolcheviques. Ama a su hijo, pero el falso orgullo de representar a una familia pudiente le impide reconocerlo. Su otra razón para odiar no la vamos a destripar aquí, para no adelantaros el argumento del filme.
¡Qué grandes eran los cineastas rusos para representar emociones con el simple uso de esa maravillosa herramienta que es el rostro humano! La historia que se nos relata, por otro lado, no tiene nada que ver con disquisiciones acerca de los rusos blancos o rojos, de revoluciones o de virtudes y defectos de los soviéticos en esa era en particular que vivió Rusia. La trama se centra en el conflicto humano entre padre e hijo, entre criado y señor, entre riqueza y servidumbre. Los personajes están muy bien interpretados, empezando por el viejo lacayo y terminando por ese niñato presuntuoso e histérico al que acabamos odiando --sí, realmente odiando--, hasta desearle lo peor.
Con una buena caligrafía cinematográfica, plena de matices enriquecedores y recordándonos a menudo a "La madre", en espacial en el desenlace, os propongo descubrir esta vibrante página que ahora se nos ofrece con su mejor imagen.