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A través de innumerables adaptaciones, incluidas las películas, la esencia de "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", de Robert Louis Stevenson, es familiar para aquellos que ni siquiera han tocado la novela. El tema de los "dobles", de su batalla entre el bien y el mal dentro de uno mismo, es una herencia compartida, a pesar de que en la época victoriana en que se estableció, las sospechas de la invención y la ciencia y algunas de las nociones psicológicas han caducado desde entonces.
Esta versión, filmada en 1920, la primera de gran prestigio, presenta la historia como se ha transmitido con más frecuencia: la narrativa se simplifica, elimina el misterio original y toma la perspectiva del doctor Jekyll, reduciendo el papel del señor Utterson. Hay algunas partes interesantes en esta adaptación, especialmente cuando se la compara con las versiones posteriores de 1931 y 1941. Las creencias en los límites de la ciencia entre Jekyll y el doctor Lanyon están bien expresadas, al igual que las de Jekyll y sir George quien, aparentemente, está basado en "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde. Además, el razonamiento detrás del experimento de Jekyll se altera de manera más ilógica al preocuparse por el alma de uno, en lugar de por la hipocresía de los hombres de clase alta de dos caras, que se presentan respetablemente ante el público pero también quieren visitar a las prostitutas por la noche.
De todos modos, para bien o para mal, John Barrymore está restringido (considerando el cine de esa época). El mejor aspecto de esta versión, creo, es su atmósfera de terror, con los decorados de estudio de los barrios marginales de Londres iluminados con lámparas e incluso los diseños interiores detallados que agregan valores de producción indudables. Barrymore contribuye a esto, especialmente con el maquillaje para crear su Hyde deformado que podría rivalizar con las creaciones de Lon Chaney. Para ver un punto importante de diferencia entre las tres adaptaciones principales de Hollywood, así como una señal de la evolución de Hollywood y cómo se destaca esta versión de 1920, compárese el horrible y grotesco Hyde de Barrymore con el de Fredric March y Spencer Tracy: obsérvese cómo Hyde se vuelve menos monstruoso con cada década posterior.
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Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Mr. Hyde y Dr. Jekyll. Sus imagenes me resultan familiares gracias al videoclip de Under Preassure (Queen y David Bowie) en el que aparecen imagenes de esta película junto con otras grandes obras del cine mudo como "Nosferatu". La película cuenta una gran historia con pocos medios. Muchos temas existenciales y morales subyacen al argumento para plasmarlos en una película muda. Pero ésta cumple. Va de menos a más, eso sí.
La actucación de John Barrymore es sobresaliente en las dos facetas de su personaje. El bondadoso doctor Jekyll es interpretado con sobriedad mientras que al maligno señor Hyde le dota de una mirada y expresión escalofriantes. Ayuda bastante a la película su moderna posición con respecto a varios aspectos: visitamos lugares bastante vulgares como un fumadero de opio y un prostíbulo (donde hay que destacar el escote bastante descubierto de la prostituta italiana), introduce temas psicólogicos como el de la doble personalidad, así como reproduce escenas de elevada violencia para la época y un excelente y sombrío final. Una película con mérito y entretenida que merece la pena ser vista, desde luego. Un mito de la literatura que da el salto al séptimo arte no convirtiéndose en una obra maestra pero con brillantez y, por supuesto, con una destacable interpretación de John Barrymore
