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Premios
1962: Premios BAFTA: Nominada a Mejor promesa (Hartley)
“Duelo en la alta sierra” es de esas películas que he tenido que madurar poco a poco en mi cabeza. Quizá aún no la haya fagocitado todo lo que debiera y necesito de un segundo visionado para poder llegar a captar todo lo que me está diciendo Peckinpah.
Es el fin de nuestros mejores días, puede ser, el mensaje que no quiere dejar de leernos este director. A Peckinpah se le tacha de violento, pero es el director de western más filosófico de los que yo conozco. Y tal vez por ello siempre sus películas maduran dentro de mí, poco a poco, hasta que pasado un tiempo me doy cuenta de la magnitud de su cine.
Oportunidades que llegan, oportunidades que se fueron.
Un tiempo pasado que siempre fue mejor y dos vaqueros gastados por la vida se reencuentran para ir a por oro. Pero cada uno tiene sus propias ideas de lo que hacer con el oro. Se pudo dar un papel trascendental a como Mariette Hartley pasa de unas manos a otras en la alta sierra. Yo al menos, lo esperaba. Esperaba una carnicería, un encierro, un secuestro lleno de sangre sobre la nieve blanca. Y me quedé con las ganas, con la sensación que se había perdido una gran oportunidad: una comunidad enloquecida, marginada en las alturas contra tres vaqueros oxidados. ¡Ufff!
En la bajada de la montaña la pólvora comienza a oler, pero quizá sea demasiado tarde. Aún así, Peckinpah se guarda un gran final. Un final made in Sam P.