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Duelo en la alta sierra


General

Titulo original: Ride the High Country
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1962
Género: Western

Otras personas

Director: Sam Peckinpah
Escritor: N.B. Stone Jr.
Productor/Estudio: Metro Goldwyn Mayer
Compositor: George Bassman
Fotografia: Lucien Ballard

Funcionalidades

Duración: 93
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Color
Fuente ripeo: HDTV
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 2,7 Gb

Reparto

  • Randolph Scott
  • Joel McCrea
  • Mariette Hartley
  • Edgar Buchanan
  • Ron Starr
  • James Drury
  • L.Q. Jones
  • R.G. Armstrong
  • Jonie Jackson
  • John Anderson

Sinopsis

Dos viejos amigos se asocian para escoltar un cargamento de oro desde las minas de Alta Sierra hasta un banco. Uno de ellos (Joel McCrea) es un hombre honrado que sólo se propone hacer bien su trabajo; el otro (Randolph Scott), en cambio, carece de escrúpulos y proyecta robar la valiosa mercancía.

Comentarios

Premios
1962: Premios BAFTA: Nominada a Mejor promesa (Hartley)

“Duelo en la alta sierra” es de esas películas que he tenido que madurar poco a poco en mi cabeza. Quizá aún no la haya fagocitado todo lo que debiera y necesito de un segundo visionado para poder llegar a captar todo lo que me está diciendo Peckinpah.

Es el fin de nuestros mejores días, puede ser, el mensaje que no quiere dejar de leernos este director. A Peckinpah se le tacha de violento, pero es el director de western más filosófico de los que yo conozco. Y tal vez por ello siempre sus películas maduran dentro de mí, poco a poco, hasta que pasado un tiempo me doy cuenta de la magnitud de su cine.

Oportunidades que llegan, oportunidades que se fueron.

Un tiempo pasado que siempre fue mejor y dos vaqueros gastados por la vida se reencuentran para ir a por oro. Pero cada uno tiene sus propias ideas de lo que hacer con el oro. Se pudo dar un papel trascendental a como Mariette Hartley pasa de unas manos a otras en la alta sierra. Yo al menos, lo esperaba. Esperaba una carnicería, un encierro, un secuestro lleno de sangre sobre la nieve blanca. Y me quedé con las ganas, con la sensación que se había perdido una gran oportunidad: una comunidad enloquecida, marginada en las alturas contra tres vaqueros oxidados. ¡Ufff!

En la bajada de la montaña la pólvora comienza a oler, pero quizá sea demasiado tarde. Aún así, Peckinpah se guarda un gran final. Un final made in Sam P.