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Es fascinante ver estas películas en la frontera entre el cine mudo y el sonoro de finales de la década de 1920. En ellas se ve muy claro que el arte del cine, si hubiese permanecido en silencio, estaba a punto de desarrollar su propio lenguaje, que reivindicaba con considerable fuerza. Aquí pienso en el cine ruso o en Murnau. "Last Laugh" es una película filmada completamente sin intertítulos. Y es clara y agradable incluso hoy. Murnau fue quien llegó más lejos en contar sin textos. Yo mismo he intentado trabajar con un mínimo de diálogos cuando hice "El silencio". Pensé que era genial intentar contar sin diálogo.
Por cierto, ahora hay una película finlandesa en los cines, que es completamente muda, "Juha", de Aki Kaurismäki. Es agradable pero tiene un toque irónico que en realidad es innecesario. Si ahora Kaurismäki da el paso audaz y hace una película muda pura, creo que debería ser aún más atrevido y no irónico. Pero "Rågens rike" es una película maravillosamente contada. Está muy bien interpretada y su montaje es excepcional. Ivar Johansson, como muchos de los directores de esa época, ha sido olvidado. Se inspiró en el cine ruso y hay escenas que nos trasladan a él. Es una película histórica fronteriza y es importante fijarnos en el trabajo de Ivar Johansson. Mucho más tarde rodó la misma película con sonido, pero era muy inferior. "Rågens rike", de 1929, es una película genial.
(Ingmar Bergman [2007].)