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El último samurai


Personal

Valoración personal: 7 stars

General

Titulo original: The Last Samurai
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 2003
Género: Acción

Otras personas

Director: Edward Zwick
Escritor: John Logan; Edward Zwick; Marshall Herskovitz
Productor/Estudio: Warner Bros. Pictures
Compositor: Hans Zimmer
Fotografia: John Toll

Funcionalidades

Duración: 144
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Color
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 2,0 Gb

Reparto

  • Tom Cruise
  • Timothy Spall
  • Ken Watanabe
  • Billy Connolly
  • Tony Goldwyn
  • Shichinosuke Nakamura
  • Shin Koyamada
  • Hiroyuki Sanada
  • Koyuki
  • Shun Sugata

Sinopsis

El capitán Nathan Algren es un hombre a la deriva, atormentado moral y espiritualmente por los remordimientos de las batallas contra los indios norteamericanos.
Una vez arriesgó su vida por el honor y por la patria, pero, en los años transcurridos desde la Guerra de Secesión Estadounidense, el mundo ha cambiado. El pragmatismo ha reemplazado al valor, el interés personal ha ocupado el lugar del sacrificio y el honor no se encuentra en ninguna parte. Recibe la interesante oferta económica de marchar a Japón para entrenar al inexperto ejército. El mediador del pacto es su superior en el ejército que lo reconoce como un hombre muy capaz a pesar de sus limitaciones; en cambio Algren lo considera un asesino a sangre fría e inescrupuloso.
Al llegar al país, Algren se hace asesorar por un compatriota que hace las veces de traductor. Algren se sorprende de ver a un país que está suspendido entre lo medieval y lo moderno.
Se trata de un país en plena restauración Meiji, liderado por un Emperador joven que desea que su país se modernice, influenciado por algunos de sus consejeros, más interesados en el enriquecimiento personal que en el nacional, entre ellos el infame Omura.
Uno de los antiguos maestros del Emperador y consejeros, el samurái Katsumoto, ha decidido levantarse en armas contra esta súbita revolución cultural, a la que considera negativa para el país y la gente que ama.
Contra este antiguo linaje de guerreros, los venerados samuráis, que dedicaron sus vidas a servir al Emperador, se han convertido en un grupo de rōnin y es en contra de ellos que ha de preparar Algren al ejército nipón, porque a pesar de luchar a la manera tradicional, con espadas y arcos, su valentía y arrojo los convierten en serios oponente frente a las armas de fuego tales como carabinas y ametralladoras Gatling.
Algren recibe la orden de marchar contra los enemigos, a pesar de la falta de entrenamiento de las tropas, y de su propia oposición a ello.
Durante el primer encontronazo de ambos bandos, el ejército de Algren se ve desbordado por una carga de caballería en la que el coronel nipón que los dirigía es capturado y conminado al suicidio. Algren es rodeado finalmente por un grupo de samuráis, a uno de los cuales, Hirotaro, es muerto por Algren en el transcurso del combate.
Katsumoto, viendo su valentía, decide mantenerle con vida y llevarle preso a la aldea en las montañas donde vive con su gente. Su intención es mantener al occidental allí para aprender del que es su nuevo enemigo, al menos mientras el invierno y sus nieves le impidan abandonar el pueblo.
Algren empieza a vivir con la familia de Hirotaro, su mujer, Taka, y sus dos hijos pequeños. Cuando descubre que ella es la mujer de aquel samurái que mató en combate, empieza a aprender la lengua japonesa para poder expresarle su arrepentimiento.
En principio es rechazado por la sociedad, por Taka y además por los samuráis debido a que es considerado un teki (enemigo).
Algren mostrando la misma tozudez ante la muerte empieza a sostener combates Kendo con los samuráis para poder dominar la Katana, cosa que logra después de humillantes derrotas.
Poco a poco, Algren empieza a comprender a esa gente que él consideraba salvajes, sus motivaciones y su modo de vida, y descubre que ha encontrado allí la paz interior para olvidar sus penas pasadas.
Además, descubre que Hatsumoto es un ser culto, sensible, abierto, permeable y admirable en principios, Algren empieza a ceder su postura ante la vida y su opinión cambia radicalmente. Las conversaciones con Katsumoto pasan también de un diálogo de captor a prisionero, a otro entre camaradas, y el capitán norteamericano acaba por unirse al samurái en su lucha. Además Taka quien lo rechazaba y deseaba su muerte acepta el arrepentimiento ofrecido por Algren.
Además, logra adiestrarse en la espada (Katana) junto a los samuráis, que finalmente han de reconocer la destreza adquirida en la lucha del Kendo.
Con la primavera llega una misiva del Emperador instando a Katsumoto a comparecer ante él en palacio. Aunque él intenta hacer entrar en razón a su antiguo alumno, las presiones de los demás consejeros evitan un cambio en la política: el Emperador sabe que se expone a un golpe de estado si se opone a los ricos asesores como Omura. Katsumoto es retenido, pero la intervención nocturna de Algren y los otros samuráis consigue liberar al rebelde, al precio de la vida de, entre otros, su hijo.
Ahora que la situación ha empeorado, la batalla es ineludible, y los samuráis se preparan para luchar en campo abierto contra un ejército mejor preparado que la vez anterior, y equipado con los más modernos cañones y ametralladoras Gatling.
Algren recibe como un honor la armadura de Hirotaro, y una katana con la inscripción Pertenezco al guerrero en que se unen lo antiguo y lo nuevo. A pesar de que el bando de los samuráis prepara cuidadosamente su estrategia, y consigue acabar con muchos soldados, como era de esperar la artillería importada hace gran mella en sus filas. Finalmente, sólo unos pocos de ellos quedan en pie, y se lanzan contra los cañones y ametralladoras en un último ataque con el que acabar gloriosamente sus vidas, conservando su honor. Todos son abatidos, y gravemente heridos; Algren y Katsumoto se despiden, acabando el japonés con su vida mediante el seppuku, con que puede tener una muerte honrosa ahora que ha perdido la batalla. Nathan Algren se convierte así, de forma simbólica, en El último Samurai.
Tras recuperarse de sus heridas, Algren vestido con su uniforme de gala se presenta ante el Emperador en el momento en que se iba a firmar el tratado de venta de armas por parte de Estados Unidos a Japón. Hace entrega de la espada de Kastumoto al joven gobernante, y le habla de la muerte de su maestro, y de los motivos que le llevaron a luchar hasta el final. Comprendiendo las intenciones del veterano samurái, el Emperador decide por sí mismo: no firma el tratado, y se enfrenta a Omura, disgregando su familia y repartiendo sus riquezas entre el pueblo. Comprende que aunque no puede cerrarse al progreso, tampoco puede renegar del pasado de su país, tal y como Katsumoto quería.
Por su parte, Algren regresa a la aldea en las montañas, donde le espera Taka, la cual había llegado a apreciarle y a aceptarle, inclusive en el plano sentimental.

Comentarios

Es cierto que la película tiene imperfecciones, básicamente hasta que Cruise llega a Japón (es cierto que aquí está tan exagerado e histriónico como casi siempre), y ese final con el Emperador, que si bien es capaz de tocar la fibra de cualquier persona que no tenga horchata en las venas, es un poco absurdo, y desentona bastante.

También es verdad que no es un derroche de originalidad y que las similitudes con 'Bailando con Lobos' son más que evidentes, y que glorifica falsariamente un mundo (el de los Samurais) que no estaba poblado precisamente de angelitos pero... ¿Y qué más da? Y es que cuando en una película tienes la mejor banda sonora de la década (de un inspiradísimo Hans Zimmer), alguna escena que es puro arte cinematográfico y una ambientación, vestuario, fotografía, actuaciones, y emotividad apabullante, todo lo anterior queda relegado a un muy segundo plano.

Cruise y Watanabe (especialmente este último, al que por cierto le birlaron el Oscar de forma totalmente inmerecida, por cierto) están colosales. Todos los secundarios están estupendos y Koyuki (Taka) merece un capítulo aparte. ¿Alguien puede resistirse a los encantos de esta Venus nipona? ¿Se puede expresar mejor sin palabras unos sentimientos, una moral, y unos valores tan profundos? Porque ella es la verdadera Samurai, la que ejemplifica la cosmovisión de este mundo en decadencia.

Cualquiera, en algún momento de desesperación, ha soñado con poder desaparecer y encontrar un último refugio así, un lugar, una gente y unos valores que den un sentido a nuestra insignificante existencia.