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El circo volador


General

Titulo original: Den flyvende cirkus
Nacionalidad: Dinamarca
Año de producción: 1912
Género: Melodrama

Otras personas

Director: Alfred Lind
Escritor: Carl Otto Dumreicher; Alfred Lind
Productor/Estudio: Det Skandinavisk-Russiske Handelshus
Compositor:
Fotografia: Alfred Lind

Funcionalidades

Duración: 49
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 1,9 Gb

Reparto

  • Rasmus Ottesen
  • Emilie Otterdahl
  • Lili Bech
  • Kirstine Friis-Hjorth
  • Stella Lind
  • Charles Lowaas
  • Richard Jensen

Sinopsis

Un funambulista, al que pretende una encantadora de serpientes, se enamora de la hija del alcalde, a la que consigue salvar de un incendio, caminando de ventana a ventana por una cuerda. A pesar de ello, el alcalde rechaza que el joven se convierta en su yerno por su condición de artista, pero, sobre todo, por su pobreza. El funambulista se plantea entonces como reto llevar un pequeño cañón al ayuntamiento caminando por una cuerda, lo que despierta una gran expectación. El principal obstáculo que encontrará en su camino será la serpiente del circo, que se ha escapado de su cesta y se ha encaramado a la cuerda, justo en el último tramo antes de la ventana. Allí se asoma la hija del alcalde, quien logra hacer entrar a la serpiente. La pareja se abraza en la ventana y a su lado, la encantadora de serpientes, resignada a esta relación que ya no puede obstruir, trata de recoger en sus brazos al reptil.

La película, que tuvo un gran éxito y dio lugar a una secuela, de la que hablaremos líneas más abajo, tiene sus mejores momentos en las acrobacias del funambulista, tanto en el circo, como en los retos a los que se ve obligado. En el rescate de su amada tras un incendio, la cámara se sitúa dentro de la habitación de enfrente y desde allí, con un gran sentido de la profundidad y la creación de espacios dentro del mismo plano (en otras escenas serán puertas, cortinas, arcos...), se visualiza la otra ventana, con la amada en peligro, y el recorrido del funambulista hasta ella. Si es un trucaje, no se nota. El camino del funambulista hacia la ventana del ayuntamiento para conducir un cañón se inicia con un aire documental: recuerda en ese sentido a los documentos de la Nordisk o de Elfelt sobre pioneros del aire en sus demostraciones públicas. Esta vez, sí se observa el vacío bajo la cuerda del funambulista, al verse su recorrido de derecha a izquierda, y la escena está reforzada por la gran multitud agolpada para contemplarle. El final, en cambio, pierde ese aire documental y recuerda su condición de melodrama-película de acción, con la inquietante silueta de la serpiente colgada de la cuerda y el funambulista algo nervioso en su avance.

La llegada a la cuerda de la serpiente desde su cesta constituye una de las secuencias más impactantes de la película. A pesar de los evidentes cortes en algunos planos para que la secuencia no sea tan larga, se consigue captar la lentitud con la que la serpiente avanza desde la cesta, sale de la habitación, se mueve por un tejado y llega a su destino, secuencia potenciada por la sensualidad propia de la piel de este reptil y su movimiento. Su dueña, la encantadora de serpientes, es un personaje realmente atractivo, en claro contraste por su actitud y movimientos al recato de la hija del alcalde. Una escena crucial en la definición del personaje es su conversación con un mono disfrazado tumbada, vestida con camisón y fumando en una actitud de mujer liberada que a buen seguro despertaría tantas pasiones como indignaciones en el contexto moral de la época.

Comentarios

Cómo este Conde germánico mencionó hace cierto tiempo, el espectáculo del circo y todo lo que rodea a éste, ha sido un escenario especial para el cine mudo, pues en aquella época la gente podía encontrar en el circo la oportunidad de ser asombrado, desconcertado, sorprendido; allí se podían contemplar los números más increíbles y bizarros ejecutados por personas con una increíble capacidad para realizar los desafíos más imposibles y por supuesto sin olvidar esos circos ambulantes con espectáculos en donde se podían contemplar las más extrañas criaturas del mundo: el hombre forzudo, la mujer tatuada, los adivinadores de cartas, además de variados y deformes seres, incluso ( aconteció durante el siglo pasado ) la más extraña y única de las criaturas: un aristócrata decente.
El cine mudo, por entonces una especie de circo en si mismo, encontró en las historias curiosas e increíbles de la vida circense, el perfecto vehículo para mostrar melodramas sobre celos, venganzas o depravados amores no correspondidos.

El filme danés “Den Flyvende Cirkus”, dirigido por Herr Alfred Lind, reúne todas esas características ( hay que destacar que el filme fue producido por la “Danish Scandinavian-Russian Trading Company”, compañía que habitualmente producía filmes con tramas circenses en sus historias ).
En dicho filme se narra la historia de un funambulista que se enamora de la hija del alcalde; gracias a su talento en el alambre, salva la vida de su amada durante un incendio pero cuando pretende casarse con ella, el alcalde rotundamente se opone a tan alocada idea; ¿un acróbata pobre como yerno?... ¡jamás!... de todas formas si el artista se convierte en un hombre rico, entonces ello mostraría que es un hombre de fuertes principios, ja wöhl!; pero esos amantes tendrán otro obstáculo en su amor imposible: Damen Ula, la encantadora de serpientes del circo, que se opone también tajantemente a dicha relación porque ella ama apasionadamente al funambulista.

Damen Ula es el personaje más destacable de este filme y que éste Conde germánico ama especialmente, pues es el perfecto ejemplo de esas mujeres temperamentales tan características de los filmes pioneros silentes: una gitana sin remordimientos que además de poseer una serpiente también tiene un mono uniformado, trata a su asistente despóticamente, fuma compulsivamente e incluso tiene un látigo que usa en las ocasiones más apropiadas… ¡ah!... un personaje “à la Negrish”, años antes de la aparición de Damen Pola en persona.
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Comentario de Antonio Belmonte:

Un funambulista, al que pretende una encantadora de serpientes, se enamora de la hija del alcalde, a la que consigue salvar de un incendio, caminando de ventana a ventana por una cuerda. A pesar de ello, el alcalde rechaza que el joven se convierta en su yerno por su condición de artista, pero, sobre todo, por su pobreza. El funambulista se plantea entonces como reto llevar un pequeño cañón al ayuntamiento caminando por una cuerda, lo que despierta una gran expectación. El principal obstáculo que encontrará en su camino será la serpiente del circo, que se ha escapado de su cesta y se ha encaramado a la cuerda, justo en el último tramo antes de la ventana. Allí se asoma la hija del alcalde, quien logra hacer entrar a la serpiente. La pareja se abraza en la ventana y a su lado, la encantadora de serpientes, resignada a esta relación que ya no puede obstruir, trata de recoger en sus brazos al reptil.

La película, que tuvo un gran éxito y dio lugar a una secuela, de la que hablaremos líneas más abajo, tiene sus mejores momentos en las acrobacias del funambulista, tanto en el circo, como en los retos a los que se ve obligado. En el rescate de su amada tras un incendio, la cámara se sitúa dentro de la habitación de enfrente y desde allí, con un gran sentido de la profundidad y la creación de espacios dentro del mismo plano (en otras escenas serán puertas, cortinas, arcos...), se visualiza la otra ventana, con la amada en peligro, y el recorrido del funambulista hasta ella. Si es un trucaje, no se nota. El camino del funambulista hacia la ventana del ayuntamiento para conducir un cañón se inicia con un aire documental: recuerda en ese sentido a los documentos de la Nordisk o de Elfelt sobre pioneros del aire en sus demostraciones públicas. Esta vez, sí se observa el vacío bajo la cuerda del funambulista, al verse su recorrido de derecha a izquierda, y la escena está reforzada por la gran multitud agolpada para contemplarle. El final, en cambio, pierde ese aire documental y recuerda su condición de melodrama-película de acción, con la inquietante silueta de la serpiente colgada de la cuerda y el funambulista algo nervioso en su avance.

La llegada a la cuerda de la serpiente desde su cesta constituye una de las secuencias más impactantes de la película. A pesar de los evidentes cortes en algunos planos para que la secuencia no sea tan larga, se consigue captar la lentitud con la que la serpiente avanza desde la cesta, sale de la habitación, se mueve por un tejado y llega a su destino, secuencia potenciada por la sensualidad propia de la piel de este reptil y su movimiento. Su dueña, la encantadora de serpientes, es un personaje realmente atractivo, en claro contraste por su actitud y movimientos al recato de la hija del alcalde. Una escena crucial en la definición del personaje es su conversación con un mono disfrazado tumbada, vestida con camisón y fumando en una actitud de mujer liberada que a buen seguro despertaría tantas pasiones como indignaciones en el contexto moral de la época.