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DOROTHY SEBASTIAN
(1903/1957). En 1929 era la amante de Buster Keaton y se dice que dentro de casa las botellas eran más frecuentes que los tenedores. Keaton acababa de sufrir un gran desengaño con su esposa, la menor de los Talmadge y, además, los de la Metro iban tras él para echarlo de su nómina. Malas lenguas afirman que la escena de la borrachera de Sebastian en "Spite Marriage" no era más que un calco de lo que sucedía en su hogar. Luego Dorothy se casó con William Boyd, pero el matrimonio duró apenas tres años. Ya en el sonoro, en 1938 la detuvieron por conducir ebria. Y en 1940 volvió a pasar por la cárcel al huir de un hotel sin pagar. Por lo demás, fue una chica que tampoco tuvo demasiada buena suerte. Murió por un cáncer.
(Eddie Constanti)
La película
No está nada mal, siempre y cuando entendamos que no está al nivel que Keaton estableció en las películas que hizo por su cuenta. Tiene algunas secuencias muy buenas que compensan los tramos más rutinarios, y se muestra suficiente genio cómico de Buster para que valga la pena. Incluso cuando los gags no son especialmente creativos, él saca tanto provecho de ellos como pocos más podrían haberlo hecho. La premisa del "matrimonio a pesar de todo" es bastante endeble en el mejor de los casos, y en otras manos probablemente ni siquiera hubiera sido tan buena.
De hecho, comienza bastante bien, ya que la primera parte se mueve a buen ritmo e incluye una secuencia muy buena en la que el desventurado personaje de Buster intenta participar en una obra de teatro. Sin embargo, comienza a desvanecerse en la parte media, a medida que la premisa se debilita. Por alguna razón, la secuencia del dormitorio de esta parte parece ser la mejor recordada de la película, pero en realidad no es de las mejores. Las cosas se recuperan en la última parte, cuando la historia da un par de giros inesperados y la comedia también mejora. Sin duda, es una pena que Keaton se viese obligado a meterse en el molde del estudio en filmes como éste. Funcionó para muchos, pero no para un talento único como Buster. Aún así, al menos esta vez el resultado es una película generalmente entretenida, con más que suficientes risas para que valga la pena verla.