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El crack


General

Titulo original: El crack
Nacionalidad: España
Año de producción: 1981
Género: Negro

Otras personas

Director: José Luis Garci
Escritor: José Luis Garci; Horacio Valcárcel
Productor/Estudio: Nickel Odeon Dos; Acuarius Films
Compositor: Jesús Glück
Fotografia: Manuel Rojas

Funcionalidades

Duración: 125
Pistas de idioma: Castellano
Idiomas de los subtítulos: No necesita
Modo de color: Color
Fuente ripeo: BR
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 5,0 Gb

Reparto

  • Alfredo Landa
  • María Casanova
  • José Bódalo
  • Manuel Tejada
  • Miguel Rellán
  • Manuel Lorenzo
  • Raúl Fraire

Sinopsis

Areta, un antiguo policía que trabaja como detective, recibe el encargo de encontrar a la hija de un empresario de Ponferrada. Gracias al novio, averigua que la chica estaba embarazada y huyó de casa. A partir de ese momento, empieza a sufrir todo tipo de presiones para que abandone el caso, pero Areta seguirá investigando hasta el final.

Comentarios

Ver a Alfredo Landa empuñar una pipa y decir "devuélveme el mechero o te quemo los huevos", mientras come un plato combinado en un bar de carretera con las cintas de Bordon 4, Eugenio y Jeannette al fondo, no tiene precio.
Este es el terreno en el que mejor se mueve Garci, a mi parecer: el retrato costumbrista de la España de los 70’s y 80´s. El colegio cántabro de árbitros, Francisco Medina, Ponferrada, La Gran Vía madrileña y una genial partida de mus (la escena más auténtica que creo haber visto jamás en cine), dan pinceladas al lienzo de una sociedad que aún cojeaba con la pata de palo de la dictadura.
Si este fuese el argumento de la película, sería un coñazo, como lo son tantas y tantas obras al respecto. Pero Garci lo utiliza sólo de trasfondo, no es más que la tela rugosa y en blanco del dibujo.
Porque en la película hay policía, prostitución, tabaco, boxeo, armas y, sobre todo ello, un caso. Si hay caso en una peli de detectives, hay guión. Y, generalmente, si hay guión, hay película. No hay más. Lo demás es metralla.
Alfredo Landa resulta meritoriamente convincente en el papel del detective Areta, un investigador privado de esos que salen en las películas, como dice él: “un tipo duro y solitario que trata de sobrevivir en una sociedad podrida gracias a un trabajo sucio”.
Un tipo al que sólo le conmueven su novia, la hija de su novia y Nueva York.
Cuando El Piojo por fin visita Manhattan, su corazón es una roca de hielo y una gélida mirada al Madison “Escuare” Garden es todo lo que Areta puede regalar ya a La Gran Manzana.
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Tras sus primeros trabajos que forma parte integrados en el movimiento «de la tercera vía», que se caracterizaban por reflejar los personajes y las circunstancias de la España de la Transición, y además tenían un trasfondo político. José Luis Garci decide hacer un cambio de registro hacía el cine negro ya que era un cine que le gustaba y que se hacía poco en España, que ya se había observado en sus primeros trabajos como crítico, y sobre el que dos años antes intentó llevar un proyecto titulado Perfidia que no llegó a llevarse a cabo por su elevado presupuesto, además de otro titulado La caja china pero que acabó abandonando. Tras decidir aceptar un nuevo proyecto de este género le pregunta a Horacio Válcarcel si le interesaría coescribirlo, quien finalmente aceptó, comenzando así una colaboración que duraría hasta 2008 con Sangre de mayo. La producción comenzó en 1980 cuando Garci fundó en ese año su productora Nickel Odeon junto con José Estaban Alenda. A la hora de la escritura del guion, el director afirmó lo complicado que le resultó llevarlo a cabo ya que, aunque era un amante, no sabía cuáles eran los límites con los que determinar si es cine negro o no. Incluso en entrevistas recientes afirma que esta película no consigue ser el cine negro de los años cuarenta y cincuenta estadounidenses.

Para el papel de Germán Areta, Garci siempre tenía en mente al actor Alfredo Landa desde que le vio en sus interpretaciones en el teatro. Los productores no creían en él papel del detective debido a las películas que había hecho en el Landismo, sin embargo Garci les dijo que si no la protagonizaba Landa se iba a realizar otra película. El propio actor afirmó sentirse con miedo ante el rechazo del público por su cambio de registro o porque no pudiese hacer cosas que hacía en esas películas debido a que no le tomaran en serio. Para el papel de Moro decide tener a Miguel Rellán, quien hace su primer papel importante en el cine y con quien Garci ya había trabajado en Viva la clase media donde ejerció como productor y él hacía un papel menor. Para el papel de Carmen, Garci decidió trabajar con la que el con el tiempo fue valorada como la musa de la primera etapa del director trabajando en las películas Asignatura pendiente, Solos en la madrugada, Las verdes praderas y, después de esta película, además de su secuela, en Sesión continua.

El rodaje se llevó a cabo en el mes de noviembre de 1980. La parte más complicada fue el rodaje en Nueva York, a Garci ya le había dicho Manuel Summers que había tenido problemas para rodar Ángeles gordos, a pesar de tener los permisos. El director decidió realizarlo y tuvieron aún más porque ni los tenían y les echaron de diversos lugares como la Quinta Avenida o el aeropuerto Internacional John F. Kennedy, a lo que se le sumó de que cuando llegaron al país americano se les había olvidado la ventanilla de cámara por lo que tuvieron que llamar a un amigo para que fuera a Photofilm y cogiera un avión para volver, comenzando el rodaje un día después, pero finalmente lo consiguieron rodar en 3 o 4 días durante todo el día. Su rodaje en interiores se realizó completamente en Madrid, aunque otros fueron no se hicieron en como la clínica, el bar, y la barbería, que se rodó en el frontón Madrid, para mostrar cómo se entendía el cine negro en España de lo que se encargó Manuel Rojas, director de fotografía.

En un principio Garci quiso para la banda sonora Dolannes melody de Jean-Claude Borelly pero la dificultad para hacerse con los derechos hizo que el director acabara desistiendo. Tiempo después Garci escuchó un día en Málaga Merci, Chérie de Udo Jürgens en un bar y se la imaginó interpretada al piano por Jesús Gluck y consiguió los derechos. A Gluck le acompañaron José Oliver con la flauta y Fernando López con la guitarra
Sólo la venganza tiene cabida ahora en su interior.