Comentarios
En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 463. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 3-octubre-2005. Invitados: Antonio Martínez Sarrión, Miguel Marías y Juan Miguel Lamet.
Premios
1964: Festival de Venecia: León de Oro (mejor película)
1965: Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a Mejor película extranjera
Pues sí; ésta es la película a la que aludí la semana pasada indicando que acabó con la expulsión del protagonista, por haber abofeteado a su prestigioso director. Y este detalle lo sabemos por boca de David Hemmings, protagonista de la siguiente película de Antonioni: BLOW UP. Según nos cuenta Hemmings, el irascible exjugador de rugby irlandés Richard Harris, le puso en antecedentes de lo difícil que iba a ser para el joven actor inglés trabajar a las órdenes del genio italiano. Y esta expulsión, casi al final del rodaje, obligó a utilizar a un doble que sólo salía de espaldas, según nos cuenta la siempre bien informada IMDB. La anécdota la traigo a colación, para aligerar un poco la tremenda dificultad que supone acceder hoy a esta obras antoniana.
En este film podemos ver un Antonioni mas arraigado a la poca utilización de diálogos, mas adentrado a la psiquis femenina y sobre todo más comprometido con cuestiones sociales. “Yo creo que la gente habla demasiado, esa es la verdad de las cosas. Yo lo hago pero no creo en las palabras. La gente usa demasiadas palabras y habitualmente de manera incorrecta. Yo estoy seguro que en un futuro distante la gente hablará mucho menos y de una manera más esencial. Si la gente hablara mucho menos sería mucho más feliz. No me pregunten por qué. En mis filmes no son las máquinas las que no funcionan apropiadamente, sino el ser humano” Por eso, Antonioni nos adentra en esa psiquis tan perturbada de una mujer, que se siente totalmente ajena al mundo que la rodea y que se autoaisla en su propia mente. Una mente que carga con problemas de distorsión de la realidad (que el realizador nos muestra con planos fuera de foco). debido a ese accidente automovilístico que ella sufrió y del que no le gusta hablar
Pero si hay algo que le permite a IL DESERTO ROSSO distinguirse de sus antepasados neorrealistas y adoptar un sentido moderno, sin duda sería el uso del color. Las películas anteriores de Antonioni a menudo se destacaban por la forma en que se recurría a la fotografía en blanco y negro, para crear en sus personajes y crea una abrumadora sensación de tedio. Aquí, usa el color como una forma de comunicar internamente sentimientos de desesperación y abatimiento. Incluso, el propio director indica al principio de la película que ha usado "colori tintal", unos colores tintos especialmente creados en los laboratorios fotográficos italianos.
