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Una producción australiana de 1920 que podríamos calificarla como saga familiar, enriquecida con añadidos de intriga.
La familia Galloway sufre los rigores de la sequía, un problema secular en las llanuras australianas. Paralelamente, el hijo del propietario del rancho, que estudia medicina en Sydney, por culpa de malas compañías entra en un círculo peligroso de tramposos, delincuentes y mujeres fáciles, que hará tambalear la estabilidad y buen nombre de su grupo familiar.
La verdadera protagonista del filme es la sequía, esa plaga de la naturaleza que enflaquece al ganado, debilita a los caballos y hace caer a los seres humanos en sus peores vicios. Es tal la obsesión que atrapa al espectador por culpa de esa sequía que, al final, cuando el cielo descarga su lluvia benefactora, todos respiramos como si hubiésemos tenido los pulmones encogidos hasta entonces. El agua es una liberación, un descanso.
Eduard José Gasulla
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Película silente australiana, meticulosamente reconstruida por el Archivo Nacional de Cine y Sonido, presenta algunas imágenes magníficamente fotografiadas de un interior asolado por la sequía. Ovejas y vacas hambrientas, cuervos que se alimentan de cadáveres, una tormenta de polvo, ríos secos y tierra agrietada, son imágenes poderosas e indelebles. Desafortunadamente, los realizadores se sintieron obligados a acompañar este metraje con una trama muy débil sobre un granjero y su familia. La familia se arruina no por la sequía, sino por un hijo descarriado que está perdido en los encantos de una vampiresa de mediana edad muy corpulenta, interpretada por Marie La Varre.
Hay asesinatos, caos y coincidencias en abundancia en este viaje aburrido y mal construido hacia el libertinaje. ¡Cuánto más interesante habría sido si la trama tuviese que ver con la lucha del agricultor con la sequía! Agreguemos a esto el hecho de que los actores obviamente no están cerca de las áreas afectadas por la sequía (nunca los vemos en ella y que la casa de campo en la que viven está rodeada de exuberantes prados y jardines). Así, tendremos una película profundamente defectuosa con algunos momentos realmente notables. ¡Y hay una subtrama de caballos para morirse! La copia tiene algunos daños graves por el nitrato y tintes de color originales.