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El gran combate


General

Titulo original: Cheyenne Autumn
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1964
Género: Western

Otras personas

Director: John Ford
Escritor: James R. Webb; Mari Sandoz; Howard Fast
Productor/Estudio: Warner Bros. Pictures
Compositor: Alex North
Fotografia: William H. Clothier

Funcionalidades

Duración: 157
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Color
Fuente ripeo: HD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 7,3 Gb

Reparto

  • Richard Widmark
  • Carroll Baker
  • James Stewart
  • Karl Malden
  • Sal Mineo
  • Edward G. Robinson
  • Ricardo Montalban
  • Arthur Kennedy
  • Gilbert Roland

Sinopsis

En 1878, trescientos indios de la tribu Cheyenne viven miserablemente en la reserva de Oklahoma. Movidos por la miseria de su gente, sus jefes deciden regresar a sus praderas natales. Esto significa un recorrido de varios centenares de kilómetros. La huida es descubierta y la caballería americana sale en persecución de los indios. En el primer combate mueren el comandante Braden y ocho de sus hombres. La noticia se propaga y millares de soldados son enviados a combatir contra los valerosos cheyennes...

Comentarios

En nuestra querida España se editó en DVD con gran delicadeza...metraje capado hasta los 141 minutos, cargándose entre otras las escenas de Dogde City y eliminando la "Overture” y el “Entre´acte” decisión ésta que debería ser penada por querer evitar escuchar que disfrutemos de las maravillas compuestas por Alex North, pero así son nuestras editoras...
El ripeo que comparto viene con el metraje completo, 157 minutos, respetando la "Overture" y el "Entr'acte" y el resto de escenas capadas.

Por cierto qué mal gusto para traducir los títulos, "El Gran Combate"...en fin con lo preciso y romántico en cierta forma que hubiese sido traducir literal, tenemos que irnos a la parte bélica cuando el mensaje es bien distinto, pero imagino que vendería más en su momento titularlo así..

Audio como siempre en VO que permite disfrutar de la BSO y las voces originales.

Una aclaración, cuando la pelicula se estreno en España, concretamente en Barcelona es Septiembre de 1965, se proyecto en su totalidad, sin cortes ni censura, y mucho menos las escena de Dodge City,la publicidad de la época lo decía bien claro, pases pelicula (no-do aparte) eran desde las 16,10, luego 18,50 y finalmente el pase nocturno a las 22,40, es decir, 2 horas 37 minutos,eso en el estreno, luego, cuando ya paso a cines de reestreno y sesión doble es mas que posible que algún distribuidor aplicara el mismo la tijera, sin rubor ninguno.

Yo tuve la fortuna de verla por primera vez en 1983 en un pase de la filmoteca de Barcelona,una copia con sus saltos y cortes pero con la escena de Dodge City entera,eso si, sin entreacto ni pausas, pero con mas de dos horas de proyección, por cierto, que la pude disfrutar con su doblaje de cines de su estreno, nada que ver con el sosisimo y descafeinado doblaje de TVE en 1984 encabezados por un Manolo Cano (nunca es su plenitud doblo a Richard Widmark) ya en el ocaso de su carrera artística, daría lo que fuera por localizar esa copia en 35mm, igual la tiraron a la basura...

Finalmente, la edicion de dvd de los impresentables de Impulso, si que era de 141 min, algo habitual (aparte del master que seria el procedente de un vhs) típico en esta gente que dice amar el cine...pues menos mal.

Premios
1964: Nominada al Oscar: Mejor fotografía (Color)
1964: Globos de Oro: Nominada Mejor actor de reparto (Gilbert Roland)

Las modas pasan, los cineastas son olvidados, las glorias efímeras se desvanecen pronto, pero John Ford permanece. La observación, a mi juicio exacta, es de Bertrand Tavernier. Cheyenne Autumn o El gran combate es uno de los filmes imperecederos de John Ford. Su grandeza casi íntima, su hermosura plástica, la amargura y la densidad del relato le convierten en algo que, como una montaña, está ahí inconmovible. John Ford puso en él una vasta experiencia y una pasión lírica que, con los años, en lugar de entibiarse, se había ido decantando y afinando desde su etapa de plenitud, en las décadas de los años 50 y 60.En 1964, Sean Aloysius O'Fearna, tenía casi 70 años y solía decir: "He matado yo solo en mis películas más indios que toda la U.S. Cavalry en siglo y medio". John Ford comenzó el rodaje de El gran combate con cierto ánimo expiatorio. El indio, tantas veces sujeto pasivo, y a veces solo objeto, de muchos de sus filmes, se hizo sujeto cada vez más activo de la obsesión lírica del anciano cineasta. Era una obsesión de hombre tozudo y escrupuloso, pues el indio era ya, de manera más o menos subterránea, el centro neurálgico de sus grandes filmes desde casi dos décadas antes, concretamente desde Fort Apache -rodada en 1948- y, sobre todo, desde la extraordinaria -una reciente encuesta entre críticos europeos la situa entre una de las diez mejores películas de la historia- Centauros del desierto, de 1956.

El rodaje de El gran combate fue, como todos los de Ford, apacible, divertido, y esto se nota en el filme, que discurre, según una frase-bisturí sobre su estilo, con la exactitud de un torrente. Los productores de la Warner le habían impuesto a la actriz Carrol Baker y al última hora tuvo que sustituir a Spencer Tracy, que cayó enfermo, por Edward G. Robinson. Por lo demás, la productora puso en manos de Ford lo que este pidió, incluida la tribu india que tradicionalmente trabajaba en sus filmes, y que le había nombrado Gran Jefe honorario con el nombre de Soldado Alto. Luego, los productores se desquitaron reduciendo el metraje, con cortes de secuencias enteras, ya que a Ford era imposible reducirle el metraje en el interior de las secuencias, pues las rodaba de tal manera que solo tenían un solo montaje posible, circunstancia que ponía frenéticos a sus productores, pues les incapacitaba para manipular el filme a su antojo.

Pese a estas lagunas, Ford realizó El gran combate con libertad y abundancia de medios. Sin embargo, el filme no es ostentoso, no cae en la petulancia de las superproducciones, es austero, matemático -para seguir con el símil- a la manera de un río. Lo que ocurre, la trágica historia de una tribu cheyenne que se escapa de la miseria de su reserva de Oklahoma en busca de sus perdidos valles de Yellowstone, se funde en una piña con el como ocurre, y la tragedia colectiva se hace canto, música, acorde lírico. Es decir, se hace quintaesencia de la concepción fordiana del cine, que es la exposición poemática de la relación del hombre con la tierra, en una visión en la que la amplitud épica, incluso cósmica, del relato no solo no excluye el intimismo, sino que lo intensifica. Allí, al fondo, está el Monumental Valley, el escenario natural favorito de Ford, en el que muchos directores se negaron a filmar porque, arguían, aquello era propiedad exclusiva de Ford. Los mal pensados añaden que, tras ese respeto, se escondía su miedo a ser comparados con el incomparable tuerto irlandés.
Incluso Carrol Baker y Karl Malden, actores que, por ser de escuela neoyorquina, no agradaban a Ford, salieron a flote en El gran combate. Richard Widmark, que ya había actuado en 1961 en Dos cabalgan juntos, alcanza una de sus mejores creaciones, en el personaje del oficial de la caballería de los Estados Unidos que reconduce a la tribu rebelde. Edward G. Robinson está allí y, en un actor de su talla, esto basta. Dolores del Río, Sal Mineo, Ricardo Montalbán y Gilbert Roland, saltan de la masa protagonista, pero sin escapar estilísticamente de ella. En el centro de la acción, consciente Ford de la densidad del filme, hace el cineasta un divertido entremés semiburlón, un respiro interpretado por James Stewart, en el papel de legendario sheriff Wyatt Earp, y Arthur Kennedy, en el de su eterna sombra, el dentista asesino y tuberculoso John Doc Holliday. Y tras ellos, la trágica epopeya cheyenne sigue su curso inexorable, en el borde de la perfección.

Fuente:El País. Ángel Fernández-Santos. 11 FEB 1984