Comentarios
Para celebrar hace años un nuevo aniversario de la famosísima película del mismo nombre, con la que debutó John Huston dirigiendo a Humphrey Bogart, la todopoderosa Warner Bros (tan amada por Groucho) tuvo el detalle de obsequiar a los compradores del DVD con otro de esta precuela de EL HALCÓN MALTÉS, rodada diez años antes, en los albores del cine sonoro. Para los que -como yo- no la conocíamos fue una auténtica sorpresa, por el guión magnífico y enteramente fiel a Hammett, por lo acertado de su dirección y por la actuación de la pareja protagonista, entre la que cabe destacar a ese judío vienés Jacob Krantz, que en Hollywood se hizo llamar Ricardo Cortez, como si anticipara proféticamente al Alberto Cortez de "No soy de aquí, ni soy de allá". Su Sam Spade es extraordinario y digno de pasar a la historia del cine. La restauración de fotografía e imagen son impecables y la película refleja un "Frisco" inolvidable, aunque lógicamente la película se rodó en estudios. ¡Ah! Y hasta hay escenas de baño con espuma, porque el Código Hays entró en aplicación tres años más tarde.
----------------
“El halcón maltés”, la famosísima novela del escritor estadounidense Dashiell Hammett, se había publicado inicialmente, en 1929, en cuatro entregas de la revista Black Mask. Un año más tarde se editaría en novela y de inmediato despertó el interés de la Warner Bros., que adquirió los derechos y encargó la dirección a Roy Del Ruth, un talentoso artesano que elegiría a Ricardo Cortez para representar al detective privado Sam Spade y a Bebe Daniels como la intrigante señora Wonderly.
La figura de un halcón negro que, según se cuenta, fue esculpida en oro con incrustaciones de piedras preciosas y representó el tributo pagado por Los Caballeros Templarios de Malta al rey de España Carlos V, es el motivo central de esta negra trama, en la que detectives, policías y ladrones, se verán enfrentados en la búsqueda y apropiación del apetecido tesoro.
Con toques divertidos, haciendo uso de notables estratagemas, y sin que falte algo de sensualidad (aunque, en algún caso, haya que insinuarla muy sutil y metafóricamente con la aguja de un tornamesa ondeando incesante sobre un disco que ha llegado al final), la historia nos mantiene atrapados en esta primera y muy divertida versión que, luego John Huston, repetiría con algunas variaciones, mayor éxito, y mejor aceptación por parte de la crítica (aunque la mayoría no se tomó el trabajo de ver esta primera).
Ricardo Cortez, recrea a un simpático detective con cierta resistencia a la seducción femenina, cual si presintiera que no hay mujer alguna que no busque recibir después de dar. Lo persigue Iva Archer (Thelma Todd) la preciosa mujer de su socio; su secretaria Effie (Una Merkel) se muere de rabia cada que una nueva cliente resulta ser una mujer bonita; y la más reciente adquisición es la señora Wonderly, la atractiva mujer con la que empieza a saber de lo tan buscado que resulta aquel pájaro.
Como la dama en apuros, Bebe Daniels compone un desinhibido e intrigante personaje, que terminará montando al detective Spade en una buena maraña… donde el dinero se escabulle tan pronto llega a sus manos y los malandrines vuelven y entran apenas han salido por la puerta.
Al final pueden surgir varios interrogantes: ¿Acaso era de otra clase el “amor” que sentía Gutman por el joven Wilmer?, ¿Cuán triste quedaría la señora Wonderly sin poder saber cómo era el pájaro de Kemidov?... Y una inquietud más personal ¿Por qué a la adorable Thelma Todd solían asignarle como parejas cinematográficas los tipos menos conmovedores?
En lo que a mí respecta, bien por Roy del Ruth, porque su película me ha resultado bastante entretenida, y “EL HALCÓN MALTÉS” tiene aquí una bien simpática versión cinematográfica.
