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Rodolfo Valentino fue el más destacado de los primeros galanes de la historia del cine, así como el más exitoso. Este fue su último trabajo, estrenado después de su muerte en 1926, pero también es uno de los más conocidos, en parte por las referencias de otras películas posteriores. Se trata de una secuela de uno de los mayores éxitos de Valentino The Shiek (El Caid), de 1921.
En esta ocasión, el actor interpreta al protagonista del primer filme, unos años después y a su hijo. La película está tratada con uno de los mayores avances técnicos de la época, las tintas de color, que cambian los tonos de las diferentes secuencias.
La repentina muerte de Rudolph Valentino, pocas semanas después del estreno de El hijo del Caíd, provocó una conmoción popular como no había desatado antes la de ninguna estrella de la pantalla. Incluso se produjeron algunos casos de suicidio por parte de enfebrecidas fans. La película profundizó en todos los elementos que unos años antes habían hecho de El Caíd un clamoroso éxito comercial. Valentino, en su doble papel de Caíd e Hijo del Caíd, volvía a ser un salvaje y resuelto seductor que hacía aflorar en el público femenino deseos no siempre confesables. El mito de Valentino siguió creciendo con los años y, en 1935, se efectuó una sonorización de El hijo del Caíd, destinada a su reposición en salas de cine y base de la presente edición en DVD.