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Es muy extraño que esta notable película, "Der Steinerne Reiter", dirigida por Fritz Wendhausen, no haya recibido la atención que merecen sus muchos méritos, especialmente teniendo en cuenta sus toques expresionistas.
Destacan los escenarios incluidos en la película, particularmente el sombrío Schloss (palacio) tallado en las montañas que contrasta con el idílico pueblo que se encuentra al pie de las mismas. La sensación de amenaza constante es generalizada, ejemplificada por la soberbia escena, cuando el maestro de las montañas se acerca al pueblo y su sombra, como un jinete, oscurece la ciudad. Y por supuesto hay costumbres pintorescas para observar (presumiblemente típicas pero al mismo tiempo extravagantes, perfectas para ilustrar el modo expresionista); y también hay un final fantástico y sobrenatural que se adapta perfectamente al tono ambiental oscuro, todo ello unido a un guión escrito por la conocida Thea von Harbou.
Otro aspecto interesante de la historia es un giro en medio de la trama: el amo es redimido por el amor, pero sus siervos se vuelven crueles cuando toman la justicia en sus propias manos, borrando la delgada línea entre el bien y el mal.
Ferdinand von Galitzien