Comentarios
Venerable e ilustre adaptación de la goriosa novela Notre Dame de Paris de Victor Hugo, anteriormente versionada por Albert Capellani (1911) y J. Gordon Edwards (1917), que desarrollaba con afanosa desenvoltura y fidelidad la retorcida e imposible historia de amor que florece en el oscuro e inmoral período prerrevolucionario entre el giboso campanero de la catedral parisina y la hermosa gitana Esmeralda. El grandioso éxito comercial obtenido por la cinta (por cierto, una de las más caras de su época) no habría que atribuírselo exclusivamente a la notable realización del artesano Wallace Worsley, que pese a una percepción expresiva algo rudimentaria fue capaz de desatar una impresionante amalgama de horror gótico y lirismo, sino también a la antológica caracterización que Lon Chaney rubricó del repulsivo y simiesco Quasimodo. El llamado “hombre de las mil caras” evidenció una excelente forma física al ejecutar dificultosas acrobacias entre ojivas y campanas, soportando un ropaje de casi cuarenta kilos de peso y tres horas de maquillaje diarias para conseguir la deformada figura de su personaje.
Antonio Martín (Diccineario).