Comentarios
Continuación de "Thomas Graals bästa film" (1917), aquí vemos al personaje, interpretado por Victor Sjöström, casado y teniendo su primera desavenencia con su mujer, lo que les llevará a divertidas situaciones dento de su domicilio, como por ejemplo disponer de criados distintos para cada uno y no dirigirse la palabra aun viviendo en la misma casa. Por cierto, el motivo de dicha disputa es que cada uno desea que su primogénito sea varón (él) o hembra (ella).
Partiendo de esta premisa tan primaria e indudablemente absurda, Stiller se las ingenia para ofrecernos un alegre cuadro de costumbres que, a pesar de estar casi totalmente filmado en el interior del domicilio de la pareja, tiene un ritmo apreciable y una magnífica continuidad. A ello contribuyen los dos protagonistas, el ya citado Sjöström y Karen Molander, ella esposa de Lars Hanson y más tarde de Gustaf Molander. Un Molander que sería, asimismo, el guionista de esta película. El antiguo dicho de "todo queda en familia" queda, en este caso, felizmente reflejado.
Ágil y con situaciones divertidísimas, con este película Mauritz Stiller nos demostraba una vez más que podía pasar del registro más dramático a la comedia más ligera, sin perder con este cambio ni un ápice de soltura y dominio cinematográfico.
Eddie Constanti