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Fue la película más cara realizada en Francia hasta esa fecha. Se repuso en 1930 en una versión sonorizada. En 1961 se hizo un remake sonoro y en color dirigido por André Hunebelle, con Jean Marais de protagonista.
"El milagro de los lobos" es una crónica filmada de los acontecimientos que tuvieron lugar cuando los borgoñeses pretendieron apoderarse del reino de Francia. Los personajes que configuran a la pareja enamorada son los únicos ficticios y sirven para dar cohesión a este fresco monumental que pocas veces habréis visto en el cine. Con una fotografía deliciosa, unos encuadres preciosistas y una fidelidad hisórica raramente llevada a la pantalla, me atrevo a equiparar esta película a la mismísima "Napoleón" o a "Quatre-vingt-treize" de Capellani. Tal afirmación os puede parecer exagerada, pero entrad en sus imágenes, desde la primera que se nos ofrece, y enseguida os daréis cuenta de que no miento.
Miles de extras moviéndose al son del director, batallas de una crueldad inaudita --para esa época e incluso para la nuestra--, lobos hambrientos que parece, realmente, que despedazan a sus víctimas --esos colmillos cercando los cuellos de quienes caen en sus garras, hacen estremecer al más pintado--, intrigas palaciegas verídicas, odio entre parientes, un retablo (Mystére) del siglo XIII reconstruido con todo lujo de detalles, personajes excelentemente interpretados, el asalto a la ciudad de Beauvois, defendida básicamente por mujeres, un suspense que se desliza sin tregua hacia ese final en el que Luis XI mueve la única ficha de ajedrez (él mismo, simbolizado) sobre el tablero... me falta espacio para describir tan gran espectáculo.
Dejáos llevar por la luz medieval que desprenden sus imágenes, entrad en esa fase oscura de nuestra historia, conocedla y disfrutad con ella.
Es una película excepcional, restaurada para la ocasión, que ningún buen amante del cine debe perderse.