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Cortometraje de Holger-Madsen que no es sino una variante del mito de Fausto. A pesar de su brevedad, sus dieciocho minutos son suficientes para valorar el talento de este realizador danés y la forma en que dominaba la puesta en escena. En el papel principal encontramos a Olaf Fonss y cabe destacar la secuencia final, por la espectacularidad de la figura del diablo.
"Holger-Madsen tenía predilección por las imágenes extraordinarias, a menudo extrañas y por los ambientes pintorescos. Con su camarógrafo, Marius Clausen, enfatizaba el aspecto visual de sus películas. Su uso de una luz lateral, ángulos de cámara ingeniosos y primeros planos, combinados con escenarios inusuales, lo convirtieron en un estilista original. No fue muy efectivo en su técnica de montaje, pero supo establecer escenas maravillosamente coreografiadas en las que las personas se movían en patrones elegantes dentro del marco ”.
(Klaus Kreimeier)