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Martin Fric, uno de los paladines del cine checo desde finales del silente hasta los años sesenta y a quien ya conocemos por su espléndida "El organista de St. Vito", fue actor, guionista y director y tuvo la desgracia de sufrir el régimen nazi y más tarde el socialista soviético, lo que coartó buena parte de su obra y le llevó a morir alcoholizado.
"Pater Vojtech" es su primera película, un drama tenso y desgarrado que ahora se nos muestra como una de sus obras más acreditadas. Con un aire de tragedia coral en toda la película, Fric retrata la peripecia vital de estos personajes descritos en la sinopsis sin escatimarnos dureza ni escenas descarnadas. Los intérpretes están espléndidos y reflejan sus demonios interiores con gran justeza. Hay que citar, en este aspecto, al Vojtech tentado por el amor que siente hacia Frantina y sus esfuerzos por mantener el celibato; o al molinero, con sus dudas respecto a la paternidad de su hijo.
Bien realizada y con ambientaciones simples pero adecuadas, "Padre Vojtech" es un filme que nos mantiene en tensión durante todo su discurrir y que además cuenta con un precioso colofón donde, al fin, en los supervivientes de la familia del molino se abre un claro para la esperanza. Observad, para terminar, a Suzanne Marwille, uno de esos rostros hermosísimos del silente checo, quien en la escena de su muerte sigue llevando los ojos tan pintados como si estuviese a punto de contraer matrimonio.
Eddie Constanti