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"Praesidenten" es la primera película del gran director de cine danés Carl Theodor Dreyer y, para este conde alemán, este debut es un ejemplo perfecto del estilo cinematográfico de su autor. Es el mismo, con grados de variación, que mantendría tanto en sus películas silentes como en su carrera sonora. "Praesidenten" es una película perfectamente construida (se divide en tres partes diferentes pero interrelacionadas). Los flashbacks se utilizan para representar la terrible historia de nobles daneses que se atreven a enamorarse de chicas comunes; errores tan grandes que tendrán serias consecuencias para los personajes principales, como Von Sendlingen le dice a su hijo al comienzo de la película, "nunca te cases con una plebeya, porque nada bueno sale de ello, sólo maldiciones y remordimientos". Sabias palabras , ¡por supuesto!
"Praesidenten", además de tener una estructura cinematográfica sólida y una narrativa muy bien interpretada, tiene un ritmo elegantemente lento, algo muy característico de las películas de herr Dreyer. Las cadencias y pausas cinematográficas dotan a la historia de intensidad y carácter emotivo, mostrando las vicisitudes de tres generaciones de una familia rota por relaciones imposibles o imprudentes. Cuando al final de la película el personaje principal tiene la oportunidad de expiar sus pecados y enmendar el pasado, finalmente carga con el peso de sus convicciones y códigos de honor más estrictos. La película es, en definitiva, un debut sólido con un ritmo elegante y delicado, un ejemplo perfecto, insistimos, de la obra de herr Dreyer.