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Podemos ver el alejamiento del realismo por el uso insistente de un recurso específicamente expresionista. Ningún personaje lleva nombre, en vez de pintar individuos todos los personajes encarnan impulsos y pasiones, figuras alegóricas requeridas para la exteriorización de visiones interiores.
Scherben es una de las máximas representantes del "Kammerspielfilm", una aplicación al cine de los postulados del teatro de cámara ("Kammerspiel") puestos en movimiento por Max Reinhardt como oposición a las fastuosidades del Deutsches Theater. Siguiendo la idea de la música de cámara, se trata de un teatro con pocos personajes, profundamente realista y melodramático, preparado para ser representado ante no más de trescientos espectadores.
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"El raíl" (1922), de Lupu-Pick, es un tremendo folletín ferroviario con resonancias sociales, que habría resultado ya vetusto en vida de Emilio Zola. No obstente, logró despertar mi adhesión hasta cierto punto. La acción de estos gloriosos "Kammerspielfilm" que nos permite descubrir todos los viernes la Segunda Cadena, resulta tan prolija como tediosa. Pero su magnífica intuición del decorado y su aún hoy admirable fotografía son anticipos de un cine que pronto iba a llegar y que conocería días de gloria. Y a uno siempre le han caído bien los pioneros.
José Luis Guarner