Comentarios
Tenemos aquí, por un lado, un dramón casi decimonónico que alberga un escandaloso pecado de juventud (un hijo fuera del matrimonio). Pero la realización de Teuvo Puro no se deja encorsetar por esos parámetros y va más allá, ofreciendo una visión dura, descarnada, de las actividades del joven protagonista, Oras, que lleva su maldad hasta el punto de robar el efectivo del orfanato donde vive su novia (tras haber disfrutado de su cuerpo la noche anterior. Ya de paso, así mata dos pájaros de un tiro).
Hablemos también de esa novia. Impulsada por una vena sadomasoquista (eso parece), apenas hay una escena entre ella y su amado/taimado Oras en que no acabe golpeada en el suelo por el dudoso sujeto. La trama se complica cuando todos, en la película, se obstinan en hacer de Oras un ciudadano de pro. La madre lo acoge; su marido termina aceptando la situación, aunque de momento echa al joven de la fábrica (por si las moscas); la novia masoca va tras él, amarrada como un imperdible... ¿Conseguirán entre todos enderezar la criminal carrera del joven díscolo?
Eso, querido cofrades, deberéis descubrirlo por vosotros mismos.
(Eddie Constanti)