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El robo


General

Titulo original: Murtovarkaus
Nacionalidad: Finlandia
Año de producción: 1926
Género: Drama

Otras personas

Director: Roeck Hansen, Harry
Escritor: Erkki Kivijärvi; Roeck Hansen, Harry; Minna Canth
Productor/Estudio: Suomi-Filmi
Compositor:
Fotografia: Frans Ekebom

Funcionalidades

Duración: 92
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 800 Mb

Reparto

  • Emil Lindh
  • Joel Rinne
  • Kaarlo Saarnio
  • Agnes Lindh
  • Ester Roeck Hansen
  • Waldemar Wohlström
  • Mimmi Lähteenoja
  • Kaisa Leppänen
  • Paavo Kostioja
  • Yrjö Somersalmi

Sinopsis

Niilo (Joel Rinne), el heredero de Peltola una rica hacienda, está enamorado de Heleena (Kaisa Leppänen), la hija adoptiva de un pobre arrendatario, pero urgido por su padre (Emil Lindh), se compromete con Ukonniemi Loviisa (Ester Roeck Hansen). Cuando Niilo quiere deshacer su compromiso, la novia, orgullosa y ofendida, comienza a poner trabas entre los enamorados con la ayuda de Penttula (Yrjö Somersalmi), conocido como brujo y milagrero.

Comentarios

Película que, dentro de su clara vocación romántica y con el leitmotiv de la diferencia de clases entre la pareja enamorada, contiene trazas de tema de terror, especialmente cuando Penttula, el brujo, lanza maldiciones a diestro y siniestro, prepara pócimas mágicas para curar las artritis de los lugareños y es solicitado por la novia despechada para deshacerse de la virginal Heleena. De todas formas, con el avance de la película, ese posible "terror" deriva poco a poco en un final que roza lo esperpéntico (hablamos de la figura del brujo, por supuesto).

Una copia bellamente tintada destaca los exteriores naturales, como es habitual en estas obras primerizas de la cnematografía finlandesa. El elenco artístico cumple su papel con bastante solvencia. Joel Rinnel se muestra algo dubitativo e Yrjö Somersalmi se pasa un poco en su personificación del milagrero, pero el personaje daba para ello. En cuanto al final, diríamos que nos parece un tanto excesivamente duro. Un poco de sacrifico siempre queda bien, pero un exceso -y más cuando no es necesario-, molesta el corazoncito de la platea.

(Eddie Constanti)